El padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, ha mantenido esta mañana una conversación con monseñor Georg Gänswein en la que éste le ha confirmado que el papa emérito ha podido descansar en su primera noche fuera del ministerio petrino en un clima de serenidad y paz.
Anoche, Benedicto XVI y monseñor Gänswein pudieron ver el telediario y se han mostrado muy contentos con la cobertura y la buena presentación que se hizo de estos momentos tan intensos, y apreciaron la labor informativa. Como siempre hace Benedicto XVI, después de la cena dio un paseo y se retiró a rezar y descansar.
Hace tan sólo dos meses, en la presentación del libro El misterio del pequeño estanque, ideado e ilustrado por la pintora Natalia Tsarkova, monseñor Gánswein comentó que «entre los lugares que más aprecia el santo padre en los jardines de Castel Gandolfo figura el jardín de la Virgencita, donde delante de la sagrada imagen se encuentra un pequeño lago, un estanque, con pececillos rojos y dos carpas”. Añadió que “cada vez que el papa allí termina su oración con un canto mariano, los peces se acercan al borde del estanque y esperan un gesto: de hecho una mano buena e invisible cada día prepara un pequeño cesto con pedacitos de pan que el papa les arroja a los pececillos”.
Esta mañana ha celebrado misa a las 7, como siempre, y tras recitar el breviario y el desayuno se preveía una jornada de reflexión y oración en la que continuar leyendo los mensajes recibidos durante estos días de distintas partes del mundo.
Por la tarde, también siguiendo con su costumbre, después de comer y descansar, en torno a las 16,00 dio un paseo por los jardines rezando el rosario. Además se llevó a Castel Gandolfo varios libros de teología, espiritualidad e historia, como por ejemplo, La estética teológica, de Hans Urs Von Balthasar.
Otra de las costumbres del papa emérito es tocar el piano después de cenar y aunque anoche no lo hizo, seguramente retomará la costumbre.