Cardenal Pell: mejor gestión de la economí­a del Vaticano beneficiará a los pobres

El prefecto de la Secretarí­a de Economí­a explica algunos detalles sobre el nuevo dicasterio

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«El Santo Padre me encomendó una tarea muy importante, el objetivo es administrar mejor los recursos de la Iglesia y poder destinarlos también a los pobres». Lo ha afirmado el cardenal australiano George Pell en una entrevista con el periódico italiano Sole 24 Ore, tras conocerse su nombramiento como prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede.

«Si hacemos un mejor uso de los recursos que se nos confían podemos mejorar nuestra capacidad de sostener las buenas obra de la Iglesia, en particular nuestras obras para los pobres y los desfavorecidos».  Palabras también del cardenal en la web de la archidiócesis de Sidney

Ayer se hizo público el motu proprio del Santo Padre «Fidelis dispensator et prudens» con el cual, Francisco instituye la Secretaría de Economía, que controlará y gestionará las actividades económicas y administrativas de la Santa Sede.

El cardenal Pell, 73 años años, que hasta ahora servía en la diócesis de Sidney, se trasladará al Vaticano.

«La Secretaría tendrá competencia sobre los flujos financieros de cada uno de los dicasterios -explica Pell en la entrevista -, a partir, naturalmente, de la ‘spending review’. Cada tres meses habrá una revisión de ingresos y gastos».

La nueva institución creada por Francisco redactará entre septiembre y octubre un balance tras el análisis de la situación: «Será un grupo de trabajo constante», indica. La Secretaría de Economía además indicará las cifras correspondientes a las necesidades de cada uno de los dicasterios y entes vaticanos, se ocupará de la programación del personal y del presupuesto de los centros financieros, que podrían incluso ser centralizados.

Asimismo indica que «el criterio del balance cambiará. Hoy es demasiado disperso y peca, a veces, de poca transparencia. Activar en todos los niveles ‘checks and balances’ es la idea principal, para dar, al mismo tiempo, unidad al balance y prever una mayor autonomía de gastos a cada uno de los dicasterios, que hoy, para comprar un paquete de papel deben compilar diferentes módulos. Es necesario desburocratizar».

Una figura creada también para esta Secretaría de Economía y que se especifica en el motu propio es el Revisor, figura completamente nueva en el Vaticano. «Tendrá su programa de revisión, pero se le encomendarán también algunas investigaciones especiales, por voluntad del Papa o del Consejo de Economía», afirma el prelado.

En relación al Apsa (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) el cardenal Pell afirma que deberá «dialogar con las demás bancas centrales como la Fed o el Bce, y tendrá todos los poderes necesarios, que aumentarán, pero naturalmente deberá cambiar su actual equipo de gobernación».

También afrontado el tema del Instituto para las Obras de Religión, el IOR: «Sobre el IOR todavía hay análisis en curso por parte de la Comisión especial referente, que debe completar sus trabajos. El «C8″ hablará de ello más adelante, tal vez en nuestra reunión de abril».

Dentro de este nuevo dicasterio nace una asesoría para guiar las inversiones financieras «este organismo, que será dirigido por laicos que todavía deben ser identificados, no tendrá títulos de propiedad, pues seguirán perteneciendo a cada uno de los dicasterios, sino que dirigirá las compras y las ventas con una política común, necesaria para optimizar los recursos».

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ZENIT Staff

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