CIUDAD DEL VATICANO, 18 mayo 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebró este viernes sus 81 años sin apagar las típicas velas del pastel. De hecho, transcurrió un día repleto de citas importantes de trabajo.
Al Papa le gusta más celebrar el día de su onomástico. De hecho, la fiesta de Karol Wojtyla en el Vaticano se celebra el 4 de noviembre, día de san Carlos. El único signo exterior que recordaba el cumpleaños papal era la bandera blanca y amarilla de la Santa Sede, que hondeaba en los edificios vaticanos.
El momento de descanso del día fue la comida, sumamente sencilla, en la que le acompañaron colaboradores, en el apartamento privado del tercer piso del Palacio apostólico. El plato preferido del Papa es el postre, así que hubo pastel, pero Zenit no ha podido saber al cierre de esta edición el sabor. Se habla de «crostata», tarta italiana de mermelada.
Si bien no era fiesta en Roma, el Vaticano ha quedado inundado de mensajes de felicitación firmados por al menos 152 jefes de Estado y de gobierno, así como por líderes religiosos de todo el mundo.
El Papa comenzó el día a primeras horas recogiéndose en oración para dar gracias a Dios por sus 81 años. Después, a las 7 de la mañana, celebró la misa en privado.
La mañana estuvo cargada de importantes citas de trabajo. Recibió a nueve nuevos embajadores (de Nepal, Túnez, Estonia, Zambia, Guinea, Sri Lanka, Mongolia, Sudáfrica y Gambia) que presentaron sus cartas credenciales. En el encuentro lanzó un apremiante llamamiento a la paz en Oriente Medio en un día sangriento para esa región.
A continuación, se encontró con seis obispos de Paquistán, que están realizando su quinquenal visita «ad limina» al obispo de Roma y a la Curia romana.
La mañana concluyó con la audiencia a la Asociación Europea de Constructores de Automóviles, a quien recordó sus enormes responsabilidades y invitó a sus miembros a hacer un «discernimiento ético» sobre el rumbo que está asumiendo el proceso de globalización.
En la tarde, como todos los viernes, concedió la audiencia semanal a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En esta ocasión, el pontífice despacho con el arzobispo Tarcisio Bertone, secretario de ese organismo vaticano.