CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 24 de junio de 2009 (ZENIT.org).- El Papa quiso este miércoles dedicar un especial reconocimiento a la organización internacional Cruz Roja, que fue fundada hace exactamente siglo y medio, durante el saludo a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la audiencia general.
El Papa recordó que «hace 150 años nacía la idea de una gran movilización para la asistencia de las víctimas de las guerras, que seguidamente tomó el nombre de Cruz Roja».
«A lo largo de los años, los valores de la universalidad, neutralidad, independencia del servicio, han suscitado la adhesión de millones de voluntarios de todas partes del mundo», afirmó el pontífice.
La Cruz Roja, prosiguió, constituye «un importante baluarte de humanidad y de solidaridad en tantos contextos de guerra y de conflicto, como también en muchas situaciones de emergencia».
El Papa auguró a los miembros y responsables de esta organización que «la persona humana, en su dignidad y en su integridad esté siempre en el centro del compromiso humanitario de la Cruz Roja», y animó «»especialmente a los jóvenes» a comprometerse de forma concreta» con esta organización.
Por último, quiso aprovechar esta circunstancia para pedir la liberación de Eugenio Vagni, cooperante de la Cruz Roja en Filipinas, así como de «todas las personas secuestradas en zonas de conflicto».
Vagni, italiano voluntario de la Cruz Roja, fue secuestrado el pasado 15 de enero en la isla filipina de Jolo por el grupo islamista radical «Abu Sayyaf», junto con otros dos cooperantes que ya han sido liberados.