ROMA, lunes, 27 abril 2009 (ZENIT.org).- En los últimos meses, «en la prensa, la noticia es precisamente la crisis de la prensa», considera el profesor Diego Contreras, decano de la facultad de comunicación social de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma.
El docente presentó su ponencia «El periodismo en línea: ¿repensar la industria de los medios o repensar en la profesión?», durante el congreso «Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad», que se realizó el 23 de abril en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
En este evento académico, periodistas y teóricos de la comunicación se reunieron para analizar el mensaje del Papa Benedicto XVI durante las XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que fue publicado el pasado 23 de enero y cuyo tema central fue el de las nuevas formas de comunicación entre los pertenecientes a la llamada «generación digital», los nacidos en esta nueva era de la comunicación.
La crisis del periodismo en la era digital
Contreras aseguró que la primera crisis que trae Internet al periodismo es la económica, debido a la ausencia cada vez más notoria de avisos publicitarios en los medios impresos.
«En los últimos decenios no se ha buscado un modelo empresarial específico, sino que se ha tratado la información como cualquier producto de consumo» aseguró.
«Además, muchas empresas periodísticas están cotizadas en bolsa y pretenden maximizar las ganancias, buscan a cualquier costo la rentabilidad a corto plazo», señaló el profesor.
La segunda crisis, dijo, está «determinada por la influencia de Internet», que no sólo ha modificado la información periodística, «sino todos los contenidos mediáticos».
Señaló cómo los nuevos medios han cambiado los hábitos de consumo de información de las nuevas generaciones: «El público entre los 18 y 34 años se informa a través de canales alternativos a la prensa tradicional, como las redes sociales, los blogs, los sitios portales, ‘agregadores’, de información».
La prensa ha reaccionado a este desafío creando ediciones digitales. Sin embargo, la manera de financiarlas es un tema aún no resuelto, reconoció el docente.
«Por ahora la versión tradicional de los diarios sigue produciendo una utilidad diez veces superior a la de la visión digital». señaló el profesor Contreras. «Sin embargo, mientras los ingresos de los medios tradicionales decrecen, los de los medios digitales no crecen con la misma rapidez».
Sustituir verdad por ganancias
Otra crisis, precedente a la aparición de Internet, es la de la identidad de la profesión periodística y que en muchos casos «ha sustituido la verdad con las ganancias, la ecuanimidad con los intereses partidistas, la razón con el servilismo».
Reconoció que la revolución digital agrega a esta crisis un nuevo dato: «Los ciudadanos comunes hoy tienen más poder que nunca para producir y distribuir informaciones».
Parece, constató, que la gente «ya no tiene necesidad de la prensa como antes, porque están disponibles muchos otros canales de información».
Para enfrentar esta situación muchos diarios han abierto canales de participación al público, recuperando la expresión de «periodismo cívico».
«Este intento es fruto de buenas intenciones pero a veces parece sólo una operación de mercadotecnia dirigida a hacer aumentar el número de visitadores del sitio web del periódico», aseguró el docente.
Así el periodismo de hoy se ha enfrentado al de ayer con nuevos puntos de comparación: «el analógico (la edición impresa) contra el digital; el gratuito contra el servicio pagado, el profesional contra el cívico».
Señaló cómo en el antiguo modelo de periodismo «la información era escasa, costosa, institucional, orientada al consumo».
Además «la distribución era unidireccional y era escasa la participación del publico». Mientras que ahora «la información es abundante, gratuita o barata, personal, participativa; la distribución va de muchos a muchos y el público se ha convertido en un usuario activo».
Por ello aseguró que resulta «imprescindible encontrar una salida económica sostenible para las empresas que hacen periodismo. Pero también las redacciones deberán sufrir una reestructuración profunda».
Contreras concluyó su intervención diciendo que es posible que las empresas editoriales encuentren nuevas maneras de sostenerse y de adaptarse a los nuevos desafíos, pero aclaró que «la sociedad no tiene necesidad de un determinado tipo de periódicos, sino de una información profesional y confiable sobre los eventos que merecen ser conocidos en cuanto ayudan a vivir y a mejorar la sociedad en la que vivimos».
«Cambiarán y estarán cambiando, modos, formas, soportes y lenguajes pero la razón de ser del periodismo seguirá siendo la misma, señaló.
Por Carmen Elena Villa