El Papa a los católicos de Chipre: trabajad por la unidad de los cristianos

Destaca la buena acogida por parte del arzobispo ortodoxo Crisóstomo II

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 9 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI destacó hoy la importancia de que los católicos de Chipre busquen el acercamiento con las demás confesiones cristianas y especialmente con los ortodoxos, como parte fundamental de su vocación en Oriente Medio.

Así lo hizo al dedicar a su balance del reciente viaje a esta isla mediterránea, durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro, en presencia de miles de peregrinos de todo el mundo.

“Tras las huellas del Apóstol de los gentiles me he hecho peregrino del Evangelio, ante todo para reafirmar la fe de las comunidades católicas, minoría pequeña pero vivaz en la Isla, animándolas también a proseguir el camino hacia la unidad plena entre los cristianos, especialmente con los hermanos ortodoxos”.

En este sentido, subrayó la importancia del primero de los encuentros mantenidos, a su llegada a la Isla, en la iglesia de Santa Ciriaca Chrysopolitissa, lugar de culto ortodoxo abierto también a los católicos y a los anglicanos, ubicado dentro en el lugar arqueológico donde según la tradición fue flagelado san Pablo.

En esta celebración ecuménica, que el Papa definió como “conmovedora”, “con el arzobispo ortodoxo Crisóstomo II y los representantes de las comunidades armenia, luterana y anglicana, hemos renovado fraternalmente el recíproco e irreversible compromiso ecuménico”.

De hecho, durante su intervención, destacó el cordial recibimiento recibido del arzobispo, Su Beatitud Crisóstomo II, así como del Santo Sínodo, cuando acudió a su encuentro del sábado en la residencia del prelado ortodoxo.

“Durante el encuentro he constatado cuánto la Iglesia ortodoxa de Chipre está ligada a la suerte del pueblo chipriota”, subrayó.

Sin embargo, “este arraigo en la tradición no impide a la comunidad ortodoxa estar comprometida con decisión en el diálogo ecuménico en unión con la comunidad católica, animadas ambas por el sincero deseo de recomponer la comunión plena y visible entre las Iglesias de Oriente y de Occidente”, añadió.

“En la noble tierra chipriota he podido ver la obra apostólica de las diversas tradiciones de la única Iglesia de Cristo y he podido casi escuchar tantos corazones latir al unísono”, reconoció el Papa.

En este sntido, alabó el que la comunidad católica chipriota, en sus expresiones maronita, armenia y latina, “se esfuerce incesantemente en ser un solo corazón y una sola alma, tanto dentro de sí como en las relaciones cordiales y constructivas con los hermanos ortodoxos y con las demás expresiones cristianas”.

“A todos, latinos y maronitas aseguré mi recuerdo en la oración, animándoles a dar testimonio del Evangelio también mediante un paciente trabajo de confianza legitima entre cristianos y no cristianos, para construir una paz duradera y una armonía entre los pueblos”.

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ZENIT Staff

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