BOGOTÁ, viernes, 30 abril 2010 (ZENIT.org).- En el marco de un gran Foro, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) presentó ante la opinión pública, la comunidad internacional y delegados de los candidatos a la Presidencia 2010-2014, los mínimos de Paz y de Reconciliación de su propuesta de Acuerdo Nacional.
En el auditorio principal de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) –informa este organismo–, se llevó a cabo un Foro Internacional que contó con la presencia de cinco panelistas que compartieron su visión de experiencias exitosas de Acuerdos sociales y políticos en España, Perú y El Salvador.
De España estuvieron presentes Carmen Magallón, doctora en Ciencias Físicas y directora de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza; Rafael Marcos, consultor internacional en Gestión de Conflictos, doctorado en Paz y Seguridad Internacional; y Laureano Cuerdo, licenciado en Ciencias Económicas y trabajador de la Aerolínea Iberia.
El Salvador estuvo representado por Facundo Guardado, magíster en Política Económica y miembro de la Comisión para las negociaciones de paz entre el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional y el Gobierno de su país. Perú contó con la presencia de Rafael Roncagliolo, sociólogo, periodista y profesor universitario.
Facundo Guardado aseguró que en El Salvador la Iglesia Católica fue la que siguió insistiendo en el tema y en que el diálogo era necesario aún en los momentos más difíciles en los que hablar de ello era casi un delito o un pecado.
Afirmó que uno de los fallos del proceso fue que hubo poca atención a las víctimas del conflicto y reiteró que es más difícil iniciar un proceso de paz que un proceso de guerra.
Por su parte, Rafael Marcos se refirió a los pactos de La Moncloa, precisando que éstos permitieron colocar las bases de la España actual y representaron más ganancias que pérdidas para quienes los suscribieron y contribuyeron a su realización.
Aseguró que es fundamental que las víctimas del terrorismo y de la violencia no sean meros sujetos, sino agentes de cambio del país.
Subrayó cuatro aspectos: la importancia de que la sociedad sea generosa con quienes más han sufrido en el proceso; hacer memoria de quienes han perdido la vida; dignificar a las víctimas, proceso en el cual tiene un papel fundamental el acompañamiento por parte de la Iglesia; y no dejar la sensación en los procesos de que se han producido grandes injusticias.
En su intervención, Laureano Cuerdo destacó la importancia de tener en cuenta que los sindicatos son importantes para construir la democracia en un país como Colombia.
A su vez, Rafael Roncagliolo se refirió a la importancia de un Acuerdo Nacional en un país, dado que es un pilar de la cultura del diálogo y se convierte en un escenario en el cual se pueden discutir las situaciones de crisis.
En el Foro también participaron los candidatos a la Vicepresidencia de Colombia, Angelino Garzón, por el Partido de la U, y Luis Ernesto Mejía, del Partido Conservador.
El Foro estuvo encabezado por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y de la Comisión de Conciliación Nacional, monseñor Rubén Salazar, acompañado por el secretario general del Episcopado, monseñor Juan Vicente Córdoba; el nuncio apostólico, monseñor Aldo Cavalli; el cardenal Pedro Rubiano; miembros del cuerpo diplomático acreditado en Colombia, integrantes de la Comisión de Conciliación Nacional y delegados de diversas organizaciones y estamentos de la sociedad civil.
La propuesta de Acuerdo Nacional por la Paz y la Reconciliación en Colombia, cuenta con el apoyo de la Embajada de España y de otras entidades, que animan esta iniciativa desde febrero de 2009. En el marco de la misma, se impulsó una agenda que incluyó 15 conversatorios, 20 foros regionales y trabajo en redes virtuales, hasta concertar ocho mínimos de Paz y de Reconciliación.
La Comisión de Conciliación Nacional fue creada el 4 de agosto de 1995 por el entonces presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Pedro Rubiano (hoy cardenal), con el propósito de buscar soluciones políticas al conflicto armado del país.
Su objetivo es acompañar los esfuerzos de paz del país, la toma de conciencia por el respeto de los Derechos Humanos, la importancia de aplicar el Derecho Internacional Humanitario, así como la necesidad de diseñar una Política Nacional y Permanente de Paz de Estado.
Es una entidad autónoma e independiente, conformada por representantes de diversos sectores de la vida nacional.