LA VALETTA, jueves 15 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Con “gran entusiasmo, muchas expectativas y un sentido de gratitud”, así espera la Iglesia de Malta la visita del Papa Benedicto XVI con motivo de los 1950 años del naufragio de San Pablo en esta isla.
Así lo confirmó el arzobispo de Malta Paul Cremona ante los micrófonos de Radio Vaticano.
La archidiócesis de este pequeño país de sólo 450.000 habitantes, ubicado al sur de Italia, en pleno corazón mediterráneo, ha preparado a sus fieles para la llegada de Benedicto XVI, difundiendo algunos escritos del Santo Padre en inglés y maltés, entre ellos el libro Jesús de Nazaret. También han producido un spot de televisión así como programas para radio, televisión e Internet.
Monseñor Cremona dijo que los malteses “necesitamos esta alegría de estar todos juntos como una comunidad que acoge al Papa” y aseguró que los mensajes del Pontífice darán al país “una dirección que espero que nos ayude a definir el futuro de nuestra Iglesia en este mundo que está cambiando con la fuerza que viene de la fe y de la esperanza de Dios”.
Recordar a San Pablo
La Iglesia en Malta se ha comprometido a celebrar el aniversario número 1950 del naufragio de San Pablo en esta isla. El Apóstol de Gentes no tenía planeado viajar a Malta, sin embargo, “la Divina Providencia con la tempestad, ha traído a San Pablo aquí”, dijo el prelado. “Entonces debemos buscar entender el motivo: ahora sabemos que (gracias a este evento) desde hace 2000 años en esta isla hay una continuidad cristiana católica”, señaló.
El arzobispo de Malta se refirió a los frutos del Año Paulino en su país. Entre ellos están los cursos sobre las enseñanzas de San Pablo, las peregrinaciones a los lugares donde estuvo el Apóstol de Gentes como Turquía y Roma, donde Pablo realizó muchas obras de misericordia.
También se realizaron actividades culturales que dieron a conocer el naufragio de San Pablo en esta isla. El prelado dijo también que la presencia de San Pablo hace casi 2.000 años trae una gran responsabilidad a los malteses: “debemos conocer sus cartas, su vida, para buscar vivirla como él la vivió y como la transmitió a los malteses”.
Iglesia activa
Hoy, la población católica en este país representa un 94,4%, hay 365 iglesias (los malteses dicen que hay una por cada día del año), hay 85 parroquias y un gran número de celebraciones religiosas.
Según monseñor Cremona más del 52% de los malteses participa regularmente de la misa dominical. Un tercio de la población escolar asiste a colegios católicos.
La pequeña ciudad de La Valetta, capital de Malta, de sólo 20.000 habitantes fue construida gracias al arquitecto Francesco Laparelli, enviado a Malta por el Papa Pío IV. Hoy, la relación entre el papado y esta ciudad es muy fuerte: “hay mucho respeto por el Papa”, dijo el arzobispo, “está muy vivo el recuerdo de las dos visitas que hizo Juan Pablo II en esta isla”, aseguró.
Sin embargo, la fe debe ir más allá del hecho cultural, según indica el arzobispo: “Hoy con la gran influencia externa de los medios de comunicación, la fe debe ser una decisión personal que lleva a una experiencia de Dios, que cambia nuestro corazón, nuestro modo de ver a Dios, la vida y los otros y también una experiencia del Espíritu Santo para ser también una Iglesia abierta a los demás”.
La archidiócesis de Malta busca presentar a los católicos una fe a semejanza de la Iglesia primitiva: “un espacio en el que se pueda compartir la propia experiencia de fe y el amor de Jesucristo, partiendo de la Eucaristía. Queremos decir que la Iglesia comienza en el gran amor que Dios Padre tiene por todos los hombres”.
En cuanto al trabajo social, la Cáritas de Malta trabaja especialmente con los discapacitados y con los tóxico – dependientes. La Iglesia fue la primera institución en abrir una estructura para las víctimas de la droga y cuenta con otros campos de acción social.
Monseñor Cremona aseguró que espera que el mensaje del Papa a los malteses pueda ser transmitido “como una visión, como una acción también en nuestra Iglesia local”. Una fe que “quiere asumirse el compromiso de transmitir su mensaje a todos los miembros de la Iglesia y de la sociedad maltés con todos los medios que tiene a disposición”.
Por Carmen Elena Villa