Benedicto XVI: la crisis económica puede ayudar a vivir mejor la Navidad

En la audiencia general de este miércoles

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 17 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI explicó este miércoles que la Navidad «corre el riesgo de perder su significado espiritual» y que la actual crisis económica «puede ser un estímulo» para descubrir su verdadero significado.

El Papa explicó el sentido de esta «fiesta cristiana universal», en la que «incluso quien no se profesa creyente percibe algo extraordinario y trascendente, algo íntimo que habla al corazón», en la catequesis de la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI.

La Navidad, afirmó, «es la fiesta que canta el don de la vida», el encuentro «con un recién nacido que llora en una gruta miserable».

«El nacimiento de un niño debería ser siempre un acontecimiento que trae alegría», añadió el Papa, y sin embargo no siempre es así.

«¿Cómo no pensar en tantos niños que aún hoy ven la luz en una gran pobreza, en muchas regiones del mundo? ¿Cómo no pensar en los recién nacidos no acogidos y rechazados, a los que no llegan a sobrevivir por falta de cuidados y atenciones? ¿Cómo no pensar también en las familias que quisieran la alegría de un hijo y no ven colmada esta esperanza?».

En este sentido, el Papa pidió a los cristianos que la Navidad «nos haga personas que no piensen solo en sí mismas, sino que se abran a las expectativas y necesidades de los hermanos».

«De esta forma nos convertiremos también nosotros en testigos de la luz que la Navidad irradia sobre la humanidad del tercer milenio», una luz «capaz de transformar nuestra existencia».

En este sentido, afirmó, la actual crisis económica puede ser un momento oportuno para redescubrir el significado de esta fiesta, que «bajo el empuje de un consumismo hedonista, por desgracia, corre el riesgo de perder su significado espiritual para reducirse a una mera ocasión comercial de compras e intercambio de regalos».

«Las dificultades y las incertidumbres y la misma crisis económica que en estos meses están viviendo tantas familias, y que afecta a toda la humanidad, pueden ser un estímulo para descubrir el calor de la simplicidad, de la amistad y de la solidaridad, valores típicos de la Navidad».

Así, concluyó, «despojada de las incrustaciones consumistas y materialistas, la Navidad puede convertirse así en una ocasión para acoger, como regalo personal, el mensaje de esperanza que emana del misterio del nacimiento de Cristo».

Por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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