“La actual crisis financiera es una crisis moral” y de “confianza”

Según monseñor Crepaldi, de “Justicia y Paz”

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 14 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- «La crisis que el mundo actual está viviendo no es solo financiera, y por tanto la solución no puede ser solamente de carácter financiero». Así lo afirmó ayer monseñor Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio «Justicia y Paz», en declaraciones a Radio Vaticano.

Esta crisis financiera, afirmó, «pone en evidencia lo que la Doctrina social de la Iglesia afirma desde hace mucho tiempo: cuando un sistema económico-financiero entra en crisis, nunca es por motivos económicos o financieros, sino porque en su origen ha habido una herida en el sistema moral global».

En este sentido, el prelado indicó que en el origen hay una «crisis de confianza», «todos hablan de ella, de volver a establecer la confianza recíproca ara resolver esta crisis», admitió, pero la confianza «no es un elemento económico o financiero, sino una actitud ética».

«Cuando el mercado erosiona esta actitud ética, todos sabemos que ya no está en grado de reconstruirla por sí sola».

El secretario de «Justicia y Paz» explicó que en estos momentos es necesario un «equilibrio» entre la desregulación de los mercados vivida en los últimos tiempos, y la tentación de dar demasiado peso al Estado.

«Son tres los actores que deben jugar esta partida: el mercado por una parte, el Estado por otra y por otro lado la sociedad civil. Y esto precisamente para responder a aquellas exigencias e inspiraciones que provienen del llamado principio de subsidiariedad», añadió.

En conformidad con la Doctrina social de la Iglesia, explica monseñor Crepaldi, «es necesario mirar con mayor sabiduría al mercado y al papel que éste puede tener».

«No se habría llegado al punto en que estamos si hubiéramos tratado al mercado como un medio y no como un fin», añadió.

Finalmente, el prelado hizo un llamamiento a los países que se reunirán mañana para la cumbre del G-21, para que trabajen en consonancia con las resoluciones de la conferencia internacional de Doha, en cuanto a la financiación al desarrollo.

«El temor es que la actual crisis financiera mine el trabajo y los compromisos tomados por los Estados y la comunidad internacional para financiar el desarrollo», advirtió. En cambio, espera que los participantes en la cumbre «confirmen y asuman con mayor sentido de la responsabilidad» la ayuda a los países pobres.

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ZENIT Staff

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