KIRKUK, viernes, 4 mayo 2007 (ZENIT.org).- Intervención urgente para proteger la vida de los iraquíes, entre ellos de los cristianos: es el llamamiento que los obispos caldeos del norte de Irak lanzan a la comunidad internacional.
Por ello han enviado una carta a la Conferencia internacional celebrada jueves y viernes en Sharm el Sheik (Egipto), que ha acogido a medio centenar de ministros de Exteriores y representantes de organizaciones a fin de aprobar un plan de desarrollo económico y seguridad para Irak.
El Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), a través de su agencia «AsiaNews.it», se ha encargado de difundir este viernes la misiva, cuyo texto original en árabe enviaron los prelados además a los medios iraquíes, intentando promover la reconciliación nacional.
En estos últimos cuatro años «amenazas, secuestros, emigración forzosa, atentados, asesinatos» engarzan el sufrimiento de «nuestro pueblo iraquí» -denuncian los prelados-, que afronta el balance de «miles de muertos inocentes y la destrucción total», «una locura para la razón humana».
«Intervención eficaz e inmediata para proteger la vida de los iraquíes inocentes, sus propiedades, sus derechos y su libertad personal»: es lo que piden los obispos católicos caldeos del norte iraquí a la Conferencia internacional de Egipto, a las fuerzas de la coalición y a los políticos de Irak.
«Pedimos también a todas las autoridades religiosas -escriben- que hagan oír la propia voz en defensa de la salvación de nuestro país y de sus hijos e hijas», pues la pérdida de su tejido social constituiría «una desastrosa destrucción de su antigua civilización cultural y religiosa».
«En particular pedimos que se detengan todas las amenazas, los secuestros, la inmigración forzosa, dirigida contra nuestro pueblo cristiano y afirmamos con insistencia que los cristianos son auténticos iraquíes, unos de los componentes más antiguos de este pueblo», expresan.
Además «los cristianos han tenido siempre un papel importantísimo en la construcción de los valores históricos y nacionales, contribuyendo de manera decisiva con su estilo de vida pacífico al destino de Irak», recuerdan.
Firman esta carta monseñor Paulos Faraj Rahho (Mosul), monseñor Petros Harboli (Zaku), monseñor Rabban al-Qas (Amadiyah ed Erbil), monseñor Mikhael Maqdassi (Alquoch) y monseñor Louis Sako (Kirkuk).
«Confirmamos también la relación esencial entre Cristianismo e Islam -recalcan-, que como religiones monoteístas buscan con su enseñanza difundir la Caridad, el Bien y la Paz».
«Hermanos, ¡basta de violencias, amenazas, atentados y asesinatos! Dejadnos trabajar juntos, mano a mano, para realizar la unidad, la seguridad y la prosperidad de nuestro país, Irak», concluyen.