LA HABANA, lunes, 29 enero 2007 (ZENIT.org).- El nuncio apostólico en Cuba, el arzobispo Luigi Bonazzi, hizo un llamamiento a la unidad de los cristianos al cierre de la Semana de Oración por la Unidad de todos los Cristianos, según informa la agencia ALC.
«El octavario 2007 concluye, pero no termina con él sino que más bien continúa, con renovado vigor, el compromiso de todos nosotros por traducir en buenas obras –con la gracia de Dios- que nos impulsa a ser personas de comunión y unidad», indicó el nuncio.
La celebración litúrgica tuvo lugar en la catedral episcopal de la Santísima Trinidad, en el Vedado, presidida, junto al nuncio, por el obispo de las diócesis anglicanas de Cuba y el Uruguay, reverendo Miguel E. Tamayo Zaldívar.
Además se encontraban presente personalidades del mundo ecuménico de diversas denominaciones eclesiales con representación en el país.
Monseñor Bonazzi se refirió al fenómeno histórico de la separación entre los discípulos de Cristo que ha provocado no pocas heridas en las distintas épocas y ha causado no menos divisiones: «Gracias a Dios, desde hace más de dos siglos, en este mismo Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, personas iluminadas por el Espíritu Santo han dado vida a iniciativas que han sentado las bases y han marcado las primeras etapas del camino hacia la unidad», expresó.
Durante su reflexión pública, en que por primera vez el octavario cubano es presidido por el prelado católico, se refirió a las palabras de inauguración de ese evento en las cuales, el reverendo de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba, doctor Adolfo Ham, hizo memoria de los numerosos signos positivos que la firme voluntad de recomponer la unidad de los cristianos ha hecho florecer.
Calificó el diálogo ecuménico, según las propias palabras del Papa Benedicto XVI en torno a esta celebración, como un intercambio de dones, más que de ideas, en que las propias comunidades y sus iglesias compartan sus valores más auténticos.
E hizo énfasis en la oración como elemento sustancial a la unidad. «Ciertamente el camino de la unidad sigue siendo largo y difícil —puntualizó—, pero es necesario evitar el desaliento y seguir recorriéndolo, contando en primer lugar con el apoyo seguro de Cristo».
Y concluyó con dos ideas esenciales: el ecumenismo ha de construirse primero, a nivel personal desde la perspectiva más auténtica que entraña el hecho de la conversión. Y, a nivel eclesial, desde la voluntad de la iglesia llamada a realizar «gestos concretos que faciliten el camino del ecumenismo (…) así como es indispensable que se profundice en las motivaciones históricas de decisiones tomadas en el pasado. Pero lo que urge mayormente —en el camino ecuménico— es la ‘purificación de la memoria’, que es la única que puede disponer los ánimos a acoger la plena verdad de Cristo».
La Semana por la Unidad de los Cristianos en Cuba incluyó en su programación, por primera vez, un acto de oración en una iglesia pentecostal, la Evangélica Libre. Allí el sermón estuvo a cargo del padre Gilberto Warker, párroco de la Iglesia de la Inmaculada en la capital habanera.
Por su parte la liturgia de clausura en la catedral, espacio que resultó pequeño para la congregación ecuménica que participó de la celebración, contó con cantos corales de la Comunidad Cristiana Internacional, el Coro de la Parroquia del Sagrado Corazón y el metodista Shalom.
«Que este año 2007 nos vea caminar juntos en el compromiso de abrir los oídos y escuchar las necesidades de todos aquellos con los cuales Jesús se identifica: con cada persona y de manera especial con los pequeños, con los pobres, con los necesitados», auguró el nuncio.
