Un cuadro plasma la herencia espiritual de Pedro Poveda

El Cabildo de la catedral de Jaén dedica una capilla al santo

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JAÉN, miércoles, 17 mayo 2006 (ZENIT.org).- «Pido especialmente a San Pedro Poveda por los jóvenes y por quienes les educan, para que también hoy esta tierra jiennense ofrezca a la sociedad personas ‘plenamente humanas y todas de Dios’ como soñaba nuestro Santo».

Son palabras de la directora de la Institución Teresiana, Loreto Ballester, a los numerosos asistentes a la solemne ceremonia de entronización, presidida por el obispo de la diócesis, monseñor Ramón del Hoyo, de un cuadro de san Pedro Poveda, fundador de esta asociación internacional de fieles, en la catedral de Jaén, España.

El cuadro representa al santo sacerdote, que fue canónigo de esta catedral, por encargo del cabildo a la pintora María García (Magar). Mide algo más de dos metros de alto y fué colocado en la Capilla de Santa Teresa, donde el santo celebraba la eucaristía.

Monseñor Ramón del Hoyo calificó de bendición el presidir esta celebración y habló de Pedro Poveda como testigo desde su ser sacerdotal. Recordó la frase del santo, cuando se le pidió identificarse poco antes de morir en Madrid en 1936: «soy sacerdote de Cristo». «Asi vivió y así culminó su vida, dando la vida por las ovejas», recordó el obispo el 7 de mayo, domingo del Buen Pastor.

Poveda hoy nos diría –continuó el obispo– «sed santos, sed hombres y mujeres de Dios, crucifijos vivientes, testigos del evangelio, lámparas encendidas de amor cristiano».

En su mensaje a los asistentes, Loreto Ballester expresó su agradecimiento al Cabildo de la Catedral de Jaén «por el impulso y el cariño con el que inició y ha llevado a buen término la iniciativa de dedicar una capilla a San Pedro Poveda». Agradeció también al prelado que, desde su llegada a la diócesis «haya acogido y apoyado tan cordialmente esta iniciativa y que hoy haya querido presidir el acto».

La directora general recordó que «precisamente en Jaén, en su catedral y en su diócesis, el canónigo Poveda pudo desplegar una intensa actividad pastoral» y «vió consolidarse la Obra que Dios le había inspirado. Aquí encontró una colaboradora excepcional en Josefa Segovia. Desde esta ciudad salieron de su pluma escritos fundamentales para el impulso del carisma y la misión de la Institución Teresiana».

La Institución Teresiana, asociación internacional de fieles integrada por hombres y mujeres que testimonian los valores humano-cristianos en las estructuras de la sociedad por medio de la educación, la ciencia y la cultura, está hoy presente en treinta países de cuatro continentes.

Subrayó Ballester de san Pedro Poveda que «en esta tierra en la que nació, en la que inició su formación como sacerdote y a la que tanto quería, tuvo la satisfacción de impulsar personalmente la tarea socioeducativa» de la Institución Teresiana así como «el servicio a la educación que, desde los centros oficiales de la capital y desde las escuelas de los pueblos de la provincia, estaban realizando las antiguas alumnas y los miembros de la Institución».

Para más información Institución Teresiana.

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ZENIT Staff

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