TORONTO, miércoles, 1 febrero 2006 (ZENIT.org).- Aunque algunos no lo crean, es posible evangelizar con la televisión, asegura el sacerdote que coordinó a nivel nacional la Jornada Mundial de la Juventud en Canadá, en 2002.
Nada más acabar la Jornada, el padre Thomas Rosica, religioso basiliano, fue nombrado presidente ejecutivo y fundador del canal católico de televisión «Salt and Light» («Sal y luz»).
En esta entrevista el padre Rosica, quien es además profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Universidad de Toronto, cuenta a Zenit los primeros pasos de esta aventura.
–¿Cómo ha sido recibida la televisión «Salt and Light» en Canadá?
–Padre Rosica: Canadá necesita este medio más de lo que parece. Iniciar una cadena televisiva, en cualquier parte, está cargado de desafíos pero en Canadá, además, hay que contar con el tamaño del país, las distancias, las lenguas y las culturas.
El esfuerzo ha sido compensado con incontables bendiciones y consuelos. En sólo tres años, «Salt and Light» ha logrado llegar a cien mil hogares. Y el número de suscriptores sigue aumentando.
–¿Cómo se llegó a crear la red televisiva «Salt and Light»?
–Padre Rosica: La televisión «Salt and Light» nació en la onda de la Jornada Mundial de la Juventud. A menudo he comparado esta Jornada con una bomba de efecto retardado, de santa energía y creatividad, que lentamente está produciendo fruto en toda nuestra tierra.
Uno de los frutos más evidentes del acontecimiento de 2002 es esta cadena que fue posible gracias a la generosidad de una familia italo-canadiense, propietaria de la más grande compañía editorial y de publicaciones del país, St. Joseph Communications. Su fundador, Gaetano Gagliano, que tiene ahora 88 años, fue discípulo y amigo del beato Giacomo Alberione.
El señor Gagliano ve «Salt and Light» como el broche de oro de una larga carrera en la industria de las publicaciones y la comunicación. Los Gagliano proporcionaron el capital para iniciar el proyecto.
Frutos visibles de la Jornada Mundial de la Juventud son también otros pequeños esfuerzos en el campo de los medios, en la Arquidiócesis de Halifax, con el Instituto de Medios de Comunicación Juan Pablo II, y la nueva productora de filmes católicos de la Arquidiócesis de Quebec.
«Salt and Light» colabora estrechamente con ambas diócesis y su valiosos arzobispos: Terrence Prendergast, S.J, en Halifax, y el cardenal Marc Ouellet, en Quebec, para reforzar sus programas y beneficiarse de las experiencias y actividades de cada iniciativa.
Desde nuestro inicio, en 2003, hemos recibido un firme apoyo e impulso del Centro Televisivo Vaticano, de muchos departamentos de la Santa Sede, de la Conferencia Episcopal canadiense y de muchas diócesis del país.
También hemos colaborado muy de cerca con los servicios televisivos de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, con Telepace y SAT 2000 en Italia, KTO en Francia, el Centro de Medios de Comunicación de la Arquidiócesis de Hong Kong, y numerosas redes de televisión católicas y productoras católicas de todo el mundo mientras preparábamos nuestra programación para Canadá.
–Algunos dicen que ya existe el canal de televisión católico creado por la Madre Angelica, EWTN, sobre todo en América del Norte. ¿Qué es lo específico de la misión de «Salt and Light»?
–Padre Rosica: La madre Angelica y su muy competente y admirable equipo han hecho algo grande por Dios y la Iglesia dándonos el canal EWTN.
Pero sabemos que las urgentes necesidades pastorales de educación en la fe y en la espiritualidad, historia y enseñanza de la Iglesia son tan amplias que nunca pueden ser satisfechas por un solo grupo o agencia.
Vemos nuestros esfuerzos en «Salt and Light» como complementarios de los de EWTN, pero también estamos respondiendo a necesidades específicas y a complejidades de la Iglesia canadiense.
–Describa un día en la programación de «Salt and Light».
–Padre Rosica: Todo lo que hacemos se mueve en torno a cinco pilares: oración, devoción y meditación; liturgia católica multilingüe, eventos vaticanos y ceremonias; enseñanza y crecimiento en la fe para todas las edades; reportajes sobre acción católica y justicia social en Canadá y el mundo; reportajes sobre nuestras comunidades católicas; información y contexto.
Producimos regularmente catorce programas en nuestro centro de emisiones en inglés, francés, italiano y empezaremos en febrero de 2006 con un dialecto chino, el cantonés.
También ofrecemos ocasionalmente programas en español, polaco y alemán. Estas lenguas responden a la diversidad cultural de la Iglesia en Canadá.
«Salt and Light» colabora también con las mayores cadenas televisivas de Canadá para ayudar en asuntos de educación católica y material de documentación. Esto se vio el invierno y primavera pasados, durante la transición del papado. Estos esfuerzos han permitido construir puentes muy necesarios con los medios seculares.
–Háblenos de su departamento de documentales
–Padre Rosica: El departamento de documentales de «Salt and Light» está especializado en vidas de santos y otros reportajes católicos únicos.
Uno de nuestros primeros documentales se hizo en Colombia, e informaba de los jóvenes que en Bogotá y Medellín hacían las pequeñas cruces de madera usadas en la Jornada Mundial de la Juventud, en Toronto.
Esta historia de justicia social, «Aprende de aquella Cruz», emocionó al mundo y conservó viva la memoria de la Jornada Mundial. Nuestro documental más conocido es «El amor es una elección», sobre la vida de santa Gianna Beretta Molla.
Elegimos a esta nueva santa como patrona de nuestra cadena televisiva. Si había algo que necesitábamos en aquel momento era el modelo fuerte de femineidad, maternidad, vida matrimonial, familiar, ética y profesional que representa santa Gianna.
Su marido Pietro y su familia son buenos amigos míos y nos pidieron hacer un documental de su vida. El filme sobre santa Gianna está disponible en inglés, francés, italiano, español, y pronto en polaco, portugués, árabe y cantonés.
Nuestro más reciente documental, premiado en septiembre por el «National Film Board Theater» en Toronto, se titula «Viaje de luz: la búsqueda de Dios en Tierra Santa». Esta película de 47 minutos fue rodada en escenarios de Israel y Palestina.
El documental anima a peregrinar a Tierra Santa y fue producido con ayuda de Su Beatitud Michel Sabbah, patriarca latino de Jerusalén, y sigue el viaje de un grupo de jóvenes católicos por la tierra de Jesús.
–Sabemos que Juan Pablo II tuvo un gran impacto en su vida y trabajo. ¿Cómo sigue influyendo su vida y visión en «Salt and Light», y en su propia vida?
–Padre Rosica: Aprendí mucho de lo que ahora hago en «Salt and Light» de Juan Pablo II. Fue un profesor brillante y modelo de bondad y de humanidad… un sabio comunicador y verdadero «pontífice mediático».
A Juan Pablo II le gustó mucho que el proyecto de esta televisión católica canadiense naciera después de la Jornada Mundial de la Juventud, y tuve la oportunidad de encontrarle en varias ocasiones en 2003 y 2004, y compartir con él el crecimiento de la cadena. ¡Le brillaban los ojos!
Ahora le pedimos que siga bendiciendo este audaz proyecto de nueva evangelización. Estoy seguro de que santa Gianna Beretta Molla y el Papa Juan Pablo II harán todo lo posible por ayudarnos a encarnar, dar profundidad y belleza a las palabras, a la historias y a las imágenes de la Iglesia, mediante el instrumento de la televisión católica en Canadá.
[Más información en http://www.saltandlighttv.org
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