El martes pasado la Cámara de los Representantes estadounidense aprobó dos proyectos de ley sobre investigación en células estaminales. Uno de ellos incrementaría el acceso a tratamientos vitales estableciendo a nivel nacional un banco público para células estaminales de sangre del cordón umbilical.
La otra medida obligaría a los contribuyentes a financiar la investigación en células estaminales que requiere la destrucción de embriones humanos.
El presidente George Bush ha prometido vetar el proyecto de ley de investigación en embriones. La aprobación de la Cámara se había obtenido con un resultado en la votación de 238 a 194, un resultado lejano del apoyo de dos tercios que se necesitaría para invalidar un veto presidencial.
«Ha sido la historia de David y Goliat», reconoció Richard Doerflinger, director adjunto del secretariado de actividades pro-vida de los obispos estadounidenses.
«El movimiento pro-vida y sus aliados en el Congreso se alzaron contra los recursos combinados de celebridades de Hollywood, las altas esferas de la investigación y una rica industria biotecnológica encaminada al beneficio, y lucharon por una paralización», dijo.
«El proyecto de ley para promover la muerte de embriones humanos para obtener sus células estaminales no llegará a ser ley», afirmó Doerflinger. «Pero el debate ha mostrado un atroz grado de ignorancia y confusión sobre la materia entre los que votaron por este proyecto de ley, indicando el desafío formativo que hay que encaminar antes de que la Cámara vote sobre este tema de nuevo».
«Algunos incluso dicen que las células estaminales embrionales tienen una capacidad probada para curar pacientes, de la que carecen las células adultas; mientras que la verdad es exactamente lo contrario», recalcó.
«La buena noticia –constató– es que la Cámara de Representantes votó casi unánimemente para alentar el uso más amplio de células estaminales de sangre del cordón umbilical en investigación y tratamiento, un campo ético y excepcionalmente prometedor. Este proyecto de ley cuenta también con un fuerte apoyo bipartidario en el Senado y con el del presidente Bush. Debería ser ley sin dilación, de forma que pueda empezar a ayudar a pacientes con devastadoras enfermedades».
«Siempre es erróneo para el gobierno promover la destrucción de vida humana inocente», apuntó Doerflinger. «La sociedad debe centrar sus esfuerzos en promover investigación médica con la que todos los ciudadanos puedan vivir».