ZARAGOZA, domingo, 22 mayo 2005 (ZENIT.org–Veritas).- El Papa Benedicto XVI ha pedido que la Iglesia en España «sea comprendida y aceptada en su verdadera naturaleza y misión».
Su imploración forma parte del mensaje que envió este domingo a los obispos y fieles españoles congregados en la plaza del Pilar de Zaragoza, en la misa celebrada con motivo de la Peregrinación Nacional por el Primer Centenario de la Coronación de la Virgen del Pilar y el 150 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
La Iglesia, reconoce en pleno debate sobra la laicidad en España, «trata de promover el bien común para todos, tanto respecto a las personas como a la sociedad».
El mensaje fue leído por el nuncio en España, el arzobispo Manuel Monteiro de Castro, y fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes.
En su misiva, el pontífice afirma que es consciente de que «la Iglesia católica en España está dispuesta a dar pasos firmes en sus proyectos evangelizadores» y añade que «la transmisión de la fe y la práctica religiosa de los creyentes no puede quedar confinada en el ámbito puramente privado».
«En esta hora de discernimiento para muchos corazones, los obispos españoles volvéis a mirar hacia Aquella que, con su total disponibilidad, acogió la vida de Dios que irrumpía en la Historia», subraya.
El Papa se refiere de manera especial a la cuestión de la familia y de la defensa de la vida humana como puntos centrales para los cristianos: «en la convivencia doméstica, la familia realiza su vocación de vida humana y cristiana, compartiendo los gozos y expectativas en un clima de comprensión y ayuda recíproca».
«Por eso el ser humano que nace, crece y se forma en la familia, es capaz de emprender sin incertidumbre el camino del bien, sin dejarse desorientar por modas o ideologías alienantes de la persona humana».
Por otro lado, encomendó a la Virgen, «que engendró al Autor de la vida», toda vida humana «desde el primer instante de su existencia hasta su término natural» y le pidió que «preserve a cada hogar de toda injusticia social, todo lo que degrada su dignidad y atenta a su libertad».
Pidió también «que se respete la libertad religiosa y la libertad de conciencia de cada persona».
A todos los que participan «esta gran peregrinación», el Papa les invita a «intensificar la devoción mariana».
En el contexto de la peregrinación, el cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, pronunció una catequesis en la iglesia de Santiago el Mayor de Zaragoza en la que afirmó: «España será cristiana y católica o dejará de existir como tal. Es decir, que si pierde sus raíces, no sólo dejará de ser cristiana católica, sino que dejará de ser España».
En la peregrinación participan más de cincuenta obispos y decenas de miles de fieles de todas las diócesis españolas.