El obispo Ramazzini, dice la nota de primera plana de la publicación oficial de la Casa Juan Diego (casa de hospitalidad a los inmigrantes de origen hispano), «ha recibido amenazas de muerte muy serias en su país».
Comprometido con los inmigrantes de Guatemala y Centro América, el obispo de San Marcos ha colaborado en el desarrollo de una Casa de Hospitalidad diocesana en la conflictiva región de Tecún Umán, cerca de la frontera entre Guatemala y México, de la cual Zenit–El Observadorha ya hemos dado noticia (Cf. Zenit, 15 de noviembre de 2004).
De hecho, según fuentes de la Comisión de Derechos Humanos Guatemala-Estados Unidos, ya ha habido un intento de segar la vida de monseñor Ramazzini, afortunadamente fallido. La Oficina del Mediador de los Derechos Humanos en Guatemala ha hecho pública la existencia del plan.
El plan ha sido confirmado por un ex oficial del servicio guatemalteco de información y por autoridades del gobierno.
Se tiene noticia de un vídeo en el que una mujer ofrece recompensa a quienes eliminen a monseñor Ramazzini. Antes, éste se había visto involucrado en acusaciones políticas, al no haber intervenido directamente en un conflicto de protestas campesinas el 11 de enero pasado y que se saldó con la muerte de al menos dos personas en las cercanías de San Marcos.
El obispo ha tenido un papel muy importante tanto en los Acuerdos de Paz que en 1996 pusieron punto final a un conflicto armado que duraba más de tres décadas en Guatemala, así como en el proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica, mismo que señaló a los agentes del Estado de Guatemala como responsables de 90 por ciento de los abusos a los derechos humanos en el conflicto.
Monseñor Ramazzini fue colaborador directo del obispo Juan Gerardi, de quien se acaban de cumplir siete años de su asesinato. Es, también, testigo de cargo en contra de los acusados de acabar con la vida de monseñor Gerardi y presidente de la Pastoral de la Tierra en Guatemala.
El boletín concluye pidiendo muestras internacionales de adhesión a la seguridad del obispo de San Marcos, así como la expresión de apoyo para que el gobierno de Guatemala, que encabeza Oscar Berger Perdomo, dé protección a monseñor Ramazzini.
Se ha puesto a disposición para ello el correo electrónico del mismo obispo de San Marcos (alvaramazzini@itelgua.com).
Los problemas de los inmigrantes y población pobre de Centro América no terminan en la frontera sur de México, sino que se extienden y se agudizan en la frontera norte, concretamente en la franja fronteriza que divide los estados de Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos).
El arzobispo de San Salvador, Fernando Sánez, dijo este domingo que los inmigrantes centroamericanos están siendo tratados «como animales» en la cacería contra ellos que se está llevando a cabo en la frontera entre Estados Unidos y México.
«La caza de ilegales es una iniciativa de los propios grupos civiles, o sea no es una iniciativa del gobierno de Estados Unidos y que el mismo gobierno desaprueba», afirmó monseñor Sáenz, quien agregó (refiriéndose a los llamados «minuteman» que se dedican a cazar indocumentados en Arizona): «no es justo tratar como animales a los semejantes que van allá porque no hay trabajo aquí».
Fuentes de migración salvadoreñas afirman que cada día abandonan el país centroamericano entre 300 y 400 personas. De los 2.5 millones de salvadoreños que viven en el exterior, 2 millones 300 habitan en Estados Unidos. Las remesas que envían éstos a su país alcanzan ya los dos mil 600 millones de dólares anuales.