CIUDAD DEL VATICANO, 11 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Ha causado sorpresa el gesto de Juan Pablo II, quien rezó este miércoles por el perdón de Dios para los que organizaron y perpetraron los atentados terroristas del 11 de septiembre.
Al final de una celebración conmemorativa, hablando en polaco, el Santo Padre invitó a rezar «por el descanso eterno de las víctimas y para que Dios otorgue su misericordia y perdón a los autores de este horrible atentado terrorista».
El corresponsal del Vaticano de varios periódicos italianos, Domenico del Rio, quien ha informado sobre los 24 años de pontificado de Karol Wojtyla, ha comentado este gesto que ha escandalizado a algunos a los micrófonos de Radio Vaticano.
«Hace veinte días –aclara–, el Papa hizo algo grandioso: confió el mundo a la misericordia de Dios [en su viaje a Polonia]. Este gesto debería haber hecho reflexionar mucho, y sin embargo pasó algo desapercibido. La misericordia de Dios se extiende por el mundo y le confió el mundo».
«Nosotros no tenemos un Dios que usa la espada, como se pensaba en la antigüedad –recuerda del Rio–; nuestro Dios nos dice que amemos a los enemigos. Y, ¿qué enemigos más grandes que estos puede haber?», pregunta.
«Tenemos que invocar también la misericordia de Dios por ellos, pues no se sabe nunca lo que puede pasar por la mente de una persona, incluso cuando comete el más grave de los delitos y de los horrores», exhorta el periodista.
«Creo que el Papa se dirige a todos, tratando de hacer comprender que en el fondo está la misericordia de Dios, incluso ante las acciones más horrendas que comenten los hombres sobre la tierra», opina el experto en asuntos vaticanos.
«Si se analiza con atención, creo que no nos deberíamos escandalizar», concluye.