MADRID, 28 enero 2003 (ZENIT.org).- El diálogo entre los cristianos para alcanzar la plena unidad tiene por senda la búsqueda de la Verdad; según reconoció este martes el Patriarca de Venecia, monseñor Angelo Scola.
El patriarca aceptó la invitación del cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, para pronunciar una conferencia en la Facultad de Teología San Dámaso, con ocasión de la festividad de santo Tomás de Aquino.
En un contexto marcadamente académico, monseñor Scola se refirió a algunas cuestiones centrales en la teología eclesial para comprender la dimensión ecuménica dentro de la misión de la Iglesia.
En la conferencia, titulada «Eclesiología en perspectiva ecuménica», se refirió al ecumenismo como una dimensión intrínseca de la fe eclesial. Para explicar esta postura, monseñor Scola partió del grave equívoco que se da en el pensamiento moderno «acerca de la naturaleza absoluta de la verdad».
Para monseñor Scola, a la concepción premoderna de «absoluto», identificada con lo necesario, se le ha opuesto un pensamiento a partir de la modernidad que considera lo «absoluto» como algo abstracto.
El patriarca de Venecia ha considerado útil esta observación porque «puede ayudar a entender mejor por qué el hombre contemporáneo, rechazando la verdad, separada y abstracta (absoluta), a menudo termina por rechazar el cristianismo, que cae así en la insignificancia también para muchísimos bautizados».
«Hoy es crucial –aclaró el prelado– superar una concepción reductiva de la verdad absoluta. Para ello es necesario tener bien presente que la cuestión de la verdad es la cuestión práctica por excelencia».
Monseñor Scola sostuvo que «si no se quiere embocar el atajo de relativizar la verdad absoluta, hay que encontrar el camino para mostrar que el cristianismo sabe hablar al hombre de hoy valorando hasta el fondo su libertad. Esto exige una fundamentación adecuada de la relación verdad-libertad».
La Verdad del cristianismo, encarnada en la persona de Jesucristo exige una adhesión en la libertad, añadió el patriarca: «La verdad no ha elegido para manifestarse una idea sino una «figura» histórica. Por tanto, no se puede reducir la relación del hombre con la verdad a una expresión conceptualista, propia del conocimiento representativo».
En este punto, Scola se refirió a la dimensión comunitaria de la verdad cristiana que «en el respeto a la naturaleza absoluta de la verdad, deberá ser una. Una rica pluriformidad no podrá llegar a romper la unidad expresada de forma sensible. Aquí está la justificación del carácter intrínseco último de la dimensión ecuménica de la fe cristiana».
El prelado subrayó que, en la dimensión ecuménica, «el «ut unum sint» es una urgencia objetiva e inderogable que la verdad pone a la forma comunitaria de acceso a ella. Una eclesiología adecuada no puede no hacerse cargo de ella».
La segunda parte de su conferencia estuvo dedicada a proponer algunas «líneas metodológicas para una eclesiología en perspectiva ecuménica». Una idea central fue que la Iglesia, como comunión de personas unidas a Cristo, tiene que recorrer la historia a partir de la Misión de Cristo mismo.
«La Misión no es pues posterior a la comunión eclesial sino intrínseca a ella», dijo.
En su conclusión, monseñor Angelo Scola afirmó que para responder a la vocación ecuménica «cada Iglesia particular está llamada primeramente a repensar en profundidad la dimensión ecuménica de su diaria propuesta de vida cristiana» y dijo que el «Pueblo santo de Dios» es el «sujeto adecuado para la acción ecuménica».
La conferencia ha sido publicada con el número 5 en la colección «Subsidia» de la Facultad de Teología «San Dámaso» (secpublicaciones@planalfa.es)