SEVILLA, 11 junio 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- La Asamblea de Madrid sufrió este martes un auténtico terremoto político cuando dos concejales del Partido Socialista (PSOE) se ausentaron de la Cámara, lo que propició que saliese elegida como presidenta de la Asamblea, contra todo pronóstico, la candidata del Partido Popular Concha Dancausa.
Eduardo Tamayo, uno de los concejales que se ausentó voluntariamente, ha asegurado en una entrevista que recoge este miércoles el diario La Razón que la coalición entre socialistas e Izquierda Unida tiene por programa, entre otras cosas, «la suspensión de los conciertos con los colegios privados y nosotros [los socialistas] llevamos lo contrario. Si efectivamente se quiere hacer eso, es un fraude a los electores».
Tamayo repetía este mismo argumento el miércoles por la mañana en «El primer café» de Antena 3. ¿Es éste, pues, el argumento que más ha pesado
en la decisión de Tamayo? Significativamente, es el único que ha esgrimido a la hora de denostar las políticas extremistas de Izquierda Unida.
Este partido, que había puesto como una de las condiciones a su apoyo al PSOE en Madrid quedarse con la consejería de Educación, recogía en su
programa electoral la supresión de conciertos económicos con colegios concertados, mayoritariamente católicos.
El acoso a los colegios concertados no es nuevo: el sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT), mostró su rechazo la pasada semana a que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid haya concedido conciertos en Educación Infantil concretamente al colegio Tajamar, una obra educativa y social promovida por el Opus Dei en Vallecas, uno de los barrios de los suburbios de Madrid.
Según el sindicato, el colegio se trata de un centro elitista, que no admite inmigrantes y que «no cumple la función social exigida a los centros sostenidos con fondos públicos porque no escolariza niñas», según declaró Antonio Vázquez, Secretario de Enseñanza de UGT Madrid, a diversos medios de comunicación hace unos días.
José María Galindo, Jefe de la Oficina de Información del colegio, ha alegado que «Tajamar está concertado para la enseñanza primaria y secundaria desde el curso 1984/85 (momento en que gobernaban los socialistas). Ahora, todos los colegios de la Comunidad Autónoma de Madrid que han pedido que se les amplíe la concertación a la etapa infantil se les ha concedido. La generalización de concertación de la etapa infantil a todos los colegios que tenían concertados otros niveles es una exigencia de la Ley de Calidad».
«Es bueno para el barrio que aumente la oferta de puestos escolares sostenidos con fondos públicos –prosigue Galindo–. Además, en Vallecas hay un déficit de plazas escolares para Educación Infantil. También es un hecho que hay mucha más demanda de plazas para los centros concertados que para los públicos».
Respecto a la acusación de que no admiten inmigrantes, Galindo ha explicado que «Tajamar tiene escolarizados actualmente a más de setenta inmigrantes, y siempre ha aceptado a todos aquellos que ha remitido la Comisión de Escolarización».
Tajamar, efectivamente, es un colegio sólo de niños, pero «hay abundante jurisprudencia favorable sobre esta cuestión, y sentencias firmes que avalan que la enseñanza diferenciada es perfectamente legal y no discriminatoria. Cumplimos toda la normativa vigente», sentencia.
Finalmente, sobre el supuesto elitismo del colegio, Galindo arguye que «Tajamar desarrolla su labor en Vallecas desde hace 45 años, cuando aquí no había ningún instituto –estaban en otros barrios– y había 12.000 niños sin escolarizar. Basta ver el estudio sobre la procedencia social de las familias de Tajamar (publicado cada año en nuestra Memoria, y en la que se refleja que casi la mitad de nuestros alumnos son hijos de empleados manuales), para comprobar que es una acusación sin fundamento».
«En todo caso, podría decirse que Tajamar es un colegio de élite gratuito para las familias del barrio de Vallecas», concluye.