PARÍS, 22 junio 2003 (ZENIT.org).- El Instituto Europeo de Ciencias de las Religiones (IESR), creado por el ministerio de Educación nacional del gobierno francés, fue inaugurado este jueves con el objetivo de promover la enseñanza del hecho religioso en la escuela laica y republicana.
Dependiente de la École Pratique des Hautes Études (EPHE), el nuevo instituto, presidido por Régis Debray y dirigido por Claude Langlois, quiere ser un polo de recursos y formación al servicio del mundo de la enseñanza pública, así como un centro de investigación aplicada sobre la enseñanza del hecho religioso en Europa.
El Instituto quiere poner, además, sus competencias a disposición de diferentes ministerios gubernamentales (Asuntos Exteriores, Interior) según la actualidad y sus necesidades.
El nacimiento oficial del Instituto tuvo lugar 18 meses después de que el ministerio de Educación francés, cuyo ministro era entonces el veterano socialista Jack Lang, encargara un informe a Régis Debray sobre el papel que debería desempeñar la enseñanza del hecho religioso en un marco laico y republicano.
Debray, nacido en París en 1941, proviene de una histórica militancia en el marxismo revolucionario. En 1967, mientras se encontraba en Bolivia al lado del Che Guevara, fue condenado a treinta años de cárcel. Liberado tres años después por la presión internacional, ha sido entre otras cosas consejero del presidente francés François Mitterrand para América Latina.
Hoy reconoce decepcionado que con el marxismo creía que era posible construir una sociedad justa y constata la ausencia de valores objetivos que propone la sociedad a los jóvenes.
Su informe concluía proponiendo «la reintroducción de la enseñanza del hecho religioso» en la escuela, como elemento de formación indispensable, «en tanto que es la prolongación de todas las enseñanzas fundamentales».
Régis Debray resume de esta manera las conclusiones de su informe dirigido al ministro de educación: «No es posible entender la gran pintura renacentista, si no se conoce la historia de José, María, y su hijo, Jesús. Alguien que visite un gran museo, no sabrá qué está contemplando delante de un San Sebastián: ¿se trata de un «cow-boy» acribillado de flechas indias? Para comprender un Magnificat de Bach, o un Te Deum, hay que saber qué es y en qué consiste la misa… ».
Más que proponer la creación de una nueva asignatura sobre Religión en el sistema escolar francés, el informe Debray sugirió profundizar en la formación de los maestros en las diferentes disciplinas que tienen que afrontar el hecho religioso, en particular los profesores de historia y de letras.
«Pero podemos afrontar también las disciplinas científicas, en el marco de las relaciones entre la ciencia y la religión», aclara Claude Langlois.
El informe Débray establece una distinción entre «enseñanza de lo religioso y enseñanza de la religión». A su modo de ver, la escuela pública francesa «puede y debe enriquecerse enseñando el hecho religioso, con profesores especialmente formados, pero descartando el adoctrinamiento religioso y los catecismos de cada confesión».
Debray publicó el año pasado un voluminoso libro, «Dios, un itinerario», en el que reconstruye la historia de los hombres de nuestra civilización con distintas confesiones religiosas, adoptando un tono estrictamente «clínico», sin tomar partido, pero insistiendo en la importancia capital de las religiones en la historia moral y espiritual del hombre.
El IESR ha organizado ya un coloquio sobre la enseñanza del hecho religioso, organizado en noviembre de 2002, para directivos de Educación nacional, y ha programado para el 2 y 3 de octubre una conferencia internacional sobre el tema «Política y religión en Asia, la actualidad a la luz de la Historia».