Benedicto XVI pide una reflexión sobre los valores del Tratado constitucional europeo

Recuerda que el patrimonio cristiano ha modelado el viejo continente

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 8 enero 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha pedido una reflexión sobre los valores que deben fundamentar el Tratado constitucional de la Unión Europea, recordando que el patrimonio cristiano ha modelado al viejo continente.

Al encontrarse este lunes con los embajadores acreditados ante la Santa Sede, el Papa comenzó aplaudiendo la entrada, el 1 de enero, en la Unión, de dos «nuevos países de larga tradición cristiana», Bulgaria y Rumania.

Recordando que el 25 de marzo se celebrará el quincuagésimo aniversario de los Tratados de Roma, «se impone una reflexión sobre el Tratado constitucional».

Este Tratado se encuentra actualmente en un momento de estancamiento después de que en 2005 los referendos de Francia y los Países Bajos lo rechazaran.

«Deseo que los valores fundamentales que están a la base de la dignidad humana sean protegidos plenamente, en particular la libertad religiosa en todas sus dimensiones, así como los derechos institucionales de las Iglesias», afirmó.

El obispo de Roma consideró que «no se puede hacer abstracción del innegable patrimonio cristiano de este continente, que contribuyó ampliamente a modelar la Europa de las Naciones y la Europa de los pueblos».

«El cincuenta aniversario de la insurrección de Budapest, celebrado en el mes de octubre pasado, nos ha recordado los acontecimientos dramáticos del siglo XX, incitando a todos los Europeos a construir un futuro libre de toda opresión y de todo condicionamiento ideológico, a establecer vínculos de amistad y fraternidad, y a manifestar solicitud y solidaridad hacia los más pobres y pequeños; del mismo modo, es importante superar las tensiones del pasado, promoviendo la reconciliación a todos los niveles, ya que sólo ésta es la que permite construir el futuro y favorecer la esperanza».

El Santo Padre se dirigió a todos los que «en el continente europeo son tentados por el terrorismo» para pedirles «que cesen toda actividad de este género, ya que tales comportamientos, que hacen prevalecer la violencia ciega y provocan el miedo en la población, constituyen una vía sin salida».

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ZENIT Staff

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