Clonación: El anuncio de un fracaso se convierte en campaña mediática

El presidente del laboratorio confiesa: necesitamos millones de dólares

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NUEVA YORK, 30 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El anuncio del domingo pasado del primer caso de clonación de un embrión humano, comunicado por un laboratorio privado de Estados Unidos, tenía por objetivo recoger dinero para el proyecto.

Así lo han puesto de manifiesto una gran cantidad de científicos que en estos días se han pronunciado sobre el «experimento» y así lo ha reconocido la misma dirección de Advanced Cell Technology (ACT), compañía de Worcester (Massachusetts).

«Nos hacen falta cientos de millones de dólares de inversión para que este proyecto pueda dejar ganancias», reconoció el martes pasado el doctor Michael D. West desde las columnas del «New York Times».

La bestia negra de la ACT, desde esta semana, tiene nombre y apellido: se llama Steen Willadsen, pionero de la experimentación con células, que trabaja en Windermere (Florida).

En declaraciones publicadas también por el «New York Times», Willadsen redimensiona el anuncio de clonación humana.

«Me preguntó por qué Advanced Cell Technology se ha molestado en publicar sus resultados organizando al mismo tiempo una gran campaña mediática».

En teoría, afirmó el doctor Willadsen, la publicación no hace más que ofrecer a los demás científicos pistas sobre lo «que no hay que hacer».

Para tener en vida una célula estaminal se requieren al menos cien células obtenidas con la escisión del óvulo. Los de la ACT han mantenido en vida seis durante muy poco tiempo. En el fondo han anunciado un fracaso, concluye Willadsen.

Más maliciosa todavía es la interpretación de Glenn McGee, profesor de Bioética de la Universidad de Pennsylvania, quien se dimitió hace ya tiempo del comité bioético de la ACT.

«Es algo extraño el que hayan querido dar el anuncio de un fracaso –se pregunta–. O quizá no es tan extraño: quizá están utilizando el miedo al bioterrorismo para ganar posiciones e inversión».

Su colega, Paul Root Wolpe añade: «Las probabilidades de éxito en estos casos es muy baja, digamos, una de cada mil. Pero si para crear una célula estaminal se matan a 999 potenciales seres humanos, esto es absolutamente inmoral».

Un parecer análogo lo ofrece Kevin Fitzgerald, genetista de la Georgetown University: «Llamémoslo por su nombre: es manipulación genética».

Está de acuerdo Ben Mitchell, del Centro de bioética y dignidad humana de Chicago: «Lo que ha hecho la ACT es puro canibalismo biotecnológico que debe ser prohibido inmediatamente. Hay muy poca sustancia y mucha publicidad en todo esto».

En Alemania, el presidente de la Asociación de Médicos Alemanes, Joerg-Dietrich Hoppe, en declaraciones a Zenit afirma que este experimento «carece de toda ética y testimonia un aprecio horrorosamente bajo de la vida humana».

«Es más claro que nunca ahora la necesidad de alcanzar acuerdos que prohíban la clonación de embriones humanos», añade.

Las Naciones Unidas están a punto de comenzar negociaciones para redactar un borrador de prohibición mundial de la clonación humana, en respuesta a una iniciativa que lanzaron Francia y Alemania en junio pasado.

El comité legal de la Asamblea General de la ONU presentó a los 189 países miembros la semana pasada una resolución para la creación de una comisión que comience la redacción del borrador de la convención a inicios de este año.

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ZENIT Staff

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