Descubrir la Reconciliación a través de la Eucaristía

Sacerdotes y jóvenes laicos dialogan en Dublín sobre el sacramento de la confesión

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Por Ann Schneible

DUBLÍN, viernes 15 junio 2012 (ZENIT.org).- Los jóvenes que asisten al 50 Congreso Eucarístico Internacional en Dublín, tuvieron el jueves la oportunidad de reflexionar y recibir el sacramento de la reconciliación gracias a varios eventos y servicios dados en el espacio para los jóvenes.

Durante el día, que se dedicó al tema “Reconciliación en nuestra Comunión», los jóvenes recibieron reflexiones del presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, el cardenal Peter Turkson y del obispo Donal McKeown de la diócesis de Down y Connor. El día concluyó con una velada de reconciliación, con música interpretada por Elation Ministries, testimonios de fe con Maebh Carin (cantante que a los 20 años sufrió un accidente que la dejó en silla de ruedas), la adoración eucarística y la oportunidad de recibir el sacramento de la reconciliación.

ZENIT habló con varios participantes en el congreso sobre el rol de la reconciliación en la vida de los jóvenes.

El padre Gerry Kenny, sacerdote de la archidiócesis de Dublín explica que a las necesidades de los adultos jóvenes no se responde con confesiones veloces o poco atentas, porque tienen “preguntas muy complejas, problemas sobre otros problemas, en el interior de los posteriores problemas. Tenemos que tener el del don de escuchar, pero no de escuchar así no más, sino por medio de la gracia y del poder del Espíritu Santo que guía al sacerdote. Si este no tiene dentro de sí el espíritu que escucha no logrará ni siquiera a escuchar un cuarto de lo que está sucediendo en su alrededor”.

“Como misionero –añade el sacerdote- he pasado años en los cuales escuchaba hasta siete horas por día confesando y era un trabajo muy duro. Pero no es eso lo que necesitan los jóvenes adultos.

El padre Kenny afirmó que los jóvenes tienen necesidad de ser catequizados sobre el significado de la Reconciliación. “La confesión antes de todo significa ‘yo confieso’, no que soy un pecador que es la segunda cosa, pero la primera confesión significa: ‘Yo confieso que Tú eres maravilloso, que Tú eres espléndido, que tu amor es infinito y que tu piedad no tiene límites: confieso que Tú eres todo y que no hay nada afuera de Ti’”.

“El segundo significado de la confesión –prosigue el padre Kenny- va más allá de esto: Tú eres tan grande que yo puedo trasformar en Ti mis pecados”.

Entre los voluntarios en el Espacio de los Jóvenes estaban la canadiense Meg Fisher, y la estadounidense Laura Billici, ambas estudiantes universitarias del Net Ministeries. Dieron testimonio de lo que el sacramento de la confesión representa en sus vidas. “La reconciliación –dijo Meg a ZENIT- es seguramente un modo que te permite vivir una vida mejor, estar más abierto a la gracia de Dios y a su palabra. En particular te ayuda, cuando estás rezando, a intentar dar respuestas a las preguntas o a hablar con Dios. Cuando no vas a confesarte por un poco de tiempo, se vuelve más difícil saber cual es la voluntad de Dios. Después de haberse confesado creo que al contrario te sea más fácil discernir su palabra, su espíritu. Siento también los efectos del pecado y después de la confesión advierto una diferencia física notable”.

El sacramento de la penitencia para Laura Billici, es “un modo de ponerse en sintonía con Dios. Me ayuda a hacer funcionar la relación con los otros. La Reconciliación me ha ayudado además a ser más comprensiva con los demás, porque cuando entiendo la gravedad de mis pecados me doy cuenta que necesito la gracia de Dios. Esto es de gran impacto para mi en mi vida”.

“Es verdaderamente emocionante encontrarse aquí en el Congreso –prosiguió- encontrarse en Irlanda, y entender cuánto cada uno de nosotros necesita la Reconciliación… Todos podemos participar del poder curativo de la eucaristía”.

Anthony Arnett, originario de Galway, voluntario de la organización en defensa de la vida Youth Defense, estuvo allí presente. “Es una verdadera oportunidad para ser verdaderamente honesto con Dios y para contar todo al sacerdote, comunicarle todas tus emociones y tus sentimientos. Por lo que me concierne encuentro que me conecto con Jesús y hago experiencia de su amor a través del sacramento de la Reconciliación”.

“Es muy importante –concluyó- que tu puedas dejarte atrás aquello que has hecho en tu pasado y partir hacia adelante, para tener un nuevo inicio con Dios y de esta manera estar más cerca de Jesús”.

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ZENIT Staff

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