El cardenal Martino explica la eficacia de la diplomacia vaticana a diplomáticos musulmanes

ROMA, jueves, 10 mayo 2007 (ZENIT.org).- No se trata de fuerza política, sino de fuerza moral la que ejerce la Santa Sede en la escena internacional, cosa que asegura –constata el cardenal Renato Martino- la eficacia de su acción al respecto, siendo «testigo auténtico de la dignidad del hombre».

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El purpurado, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, aclaró en estos términos, ante diplomáticos de países musulmanes, el papel de la diplomacia vaticana.

Participan, en la sede de la Universidad Pontificia Gregoriana, en un curso para diplomáticos islámicos y de los países mediterráneos sobre la Iglesia católica.

En el comienzo de la convocatoria, el lunes, el cardenal Martino subrayó la voluntad que impulsa la actividad de la Santa Sede en el marco global: no una voluntad de protagonismo o hegemonía, sino la pura y sencilla fidelidad al Evangelio.

Y esa actividad tiene su centro vital en la promoción y defensa de la persona humana, de la justicia y de la paz, añadió el purpurado, como recoge un comunicado del dicasterio que preside.

Con una larga experiencia diplomática a sus espaldas, en la que se cuentan dieciséis años como representante de la Santa Sede ante la ONU, el cardenal Martino dio testimonio personal de la acción «humanizadora» de la diplomacia vaticana, especialmente en el curso de las Conferencias y Cumbres internacionales de las Naciones Unidas.

Éstas han represntado momentos que, en las últimas décadas, han orientado las políticas relativas a problemas sociales y económicos, así como a los derechos humanos.

En todas esas grandes citas internacionales, el empeño de la Santa Sede ha sido la promoción y la defensa de los derechos del hombre, recalcó el cardenal Martino.

Específicamente aludió, en las principales direcciones de la acción diplomática de la Santa Sede, al profundo compromiso por el reconocimiento del derecho de todo ser humano a la vida -desde la concepción hasta la muerte natural-, la promoción de la dignidad personal de la mujer, la defensa del medio ambiente, el derecho al desarrollo integral y sostenible -«nuevo nombre de la paz»- y el derecho de los pueblos a la paz.

Y de esta acción diplomática el cardenal Renato Martino reivindicó los grandes méritos, derivados no tanto de capacidades típicamente diplomáticas o políticas, sino más bien –y en primer lugar- de la capacidad de la Santa Sede, en contextos nacionales e internacionales, de atribuir una importancia pública y una visibilidad profética al discurso religioso y moral sobre el destino de los hombres y de las mujeres y sobre sus derechos fundamentales.

La diplomacia de la Santa Sede ha sido y seguirá siendo, en el seno de la gran familia de naciones, un «testigo auténtico de la dignidad del hombre», concluyó.

El curso «La Iglesia Católica y la Política Internacional de la Santa Sede» está promovido, entre otros, por la Fundación Gregoriana y el Instituto Internacional Jacques Maritain. Durará tres semanas: del 7 al 20 de mayo en Roma y del 21 al 27 de mayo en Turín.

Presenta la organización y funcionamiento de los diversos órganos de la Santa Sede, la actividad diplomática de las Nunciaturas y la acción humanitaria de la Iglesia por la paz.

El saludo inaugural corrió a cargo del secretario de Estado del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone.

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ZENIT Staff

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