El cardenal Rouco elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española

Monseñor Ricardo Blázquez será el vicepresidente

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MADRID, martes, 4 marzo 2008 (ZENIT.org).- El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, ha sido elegido nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) para el trienio 2008-2011. Así mismo, ha sido elegido vicepresidente el obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez Pérez.

El nombramiento tuvo lugar esta mañana en el marco de la XCI Asamblea Plenaria que se celebra en Madrid del 3 al 7 de marzo. Sucede en el cargo a monseñor Ricardo Blázquez, quien ha ocupado el cargo desde el 8 de marzo de 2005. El cardenal Rouco Varela fue presidente de la CEE de 1999 a 2005.

En una rueda de prensa con gran afluencia de periodistas, el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Martínez Camino, comunicó los datos de la elección. El cardenal Rouco fue elegido en la primera votación con 39 votos de los 77 obispos presentes (estaba ausente por enfermedad el obispo de Calahorra). En la misma votación, monseñor Blázquez recibió 37 votos y el cardenal Cañizares un voto.

Por su parte, el vicepresidente fue elegido en segunda votación ya que no se llegó en la primera al mínimo exigible de 39 votos. Monseñor Blázquez fue elegido por 45 votos. El cardenal Cañizares recibió 29 votos, monseñor Osoro dos, y el cardenal Martínez Sistach uno. Monseñor Blázquez sustituye al arzobispo de Toledo, cardenal Antonio Cañizares Llovera, quien ocupó el cargo desde el 8 de marzo de 2005.

En las breves palabras que dirigió a los medios de comunicación, que como novedad fueron transmitidas en directo por Internet, el cardenal Rouco se mostró sorprendido por la presencia de tantos periodistas y dijo que en comparación con otras ocasiones se había multiplicado por diez. El nuevo presidente se dijo agradecido de que la elección encuentre un eco tan grande.

El cardenal subrayó que los relevos en la Conferencia pertenecen a la normalidad de su funcionamiento. «En el relevo –señaló– predomina una categoría que es muy evangélica, la del servicio. Es un sacrificio más».

Aclaró que el presidente de la Conferencia no es el presidente de los obispos y que cada obispo es autónomo en su diócesis.

«El servicio a la Conferencia es un servicio a la comunión de los obispos, a conseguir que actuemos dentro de las fronteras de un país teniendo en cuenta las necesidades de los fieles y en general llevarlos, a través del testimonio y el diálogo. En este testimonio la expresión de la caridad tiene una función muy importante, dirigida a los grupos más necesitados, la familia, la juventud y los pobres».

«El servicio de un presidente es tratar de ayudar a que todos los obispos obremos en tal manera de comunión de afectos que se note que la Iglesia es el testimonio vivo del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Respecto a la sociedad es de colaboración leal, de fidelidad evangélica».

Por lo que se refiere a las relaciones con la política y las autoridades, el cardenal indicó que los obispos se guían por dos documentos del Concilio Vaticano II. El decreto de libertad religiosa Dignitatis Humanae y la constitución pastoral Gaudium et Spes, en su capítulo IV que trata de la comunidad política.

El cardenal tuvo finalmente unas palabras de recuerdo para los anteriores presidentes de la Conferencia Episcopal a los que fue nombrando uno por uno, y recordó que estamos celebrando el centenario del nacimiento del cardenal Vicente Enrique y Tarancón.

El cardenal Rouco Varela nació en 1936 en Villalba (Lugo). Entre 1946 y 1954 hizo sus estudios sacerdotales en el Seminario de Mondoñedo y de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Se ordenó sacerdote en Salamanca en 1959. Ese mismo año cursó estudios de Derecho y Teología en Munich. En 1964 se doctoró en Derecho Canónico.

Entre 1964 y 1966 fue profesor de Teología Fundamental y Derecho Canónico en el Seminario de Mondoñedo. Entre 1966 y 1969 impartió clases en el Instituto de Derecho Canónico de la Universidad de Munich.

Desde su regreso a España, en 1969, hasta su nombramiento episcopal, en 1976, estuvo vinculado a la Universidad Pontificia de Salamanca.

De 1972 a 1976, fue consiliario de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. En 1973 fue nombrado consultor de la Sagrada Congregación para el Clero.

Pablo VI le nombró obispo auxiliar de Santiago de Compostela en 1976 y fue consagrado el 31 de octubre de ese año. En la sede compostelana permaneció hasta 1994. Fue administrador apostólico de 1983 a 1984, cuando fue nombrado por el Papa Juan Pablo II arzobispo. En 1994, fue promovido a arzobispo de Madrid. En 1998,  recibió el capelo cardenalicio del Papa Juan Pablo II. Es titular de la Iglesia de San Lorenzo in Damaso. Entre 1984 y 1989 fue vice gran canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Por su parte, monseñor Ricardo Blázquez nació en Villanueva del Campillo, Ávila, en 1942. Fue ordenado sacerdote en 1967. Estudió en el Seminario Menor de Ávila y en el Seminario Mayor de Ávila. Es Doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Tras estudiar en Roma regresó a su diócesis de Ávila, donde fue, entre 1972 y 1976, secretario del Instituto Teológico Abulense. En 1974, comenzó la docencia en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde fue, hasta 1988, profesor de la Facultad de Teología y decano de la misma entre 1978 y 1981. Ha sido gran canciller de la Universidad del Episcopado español del 2000 al 2005.

El Papa Juan Pablo II le nombró en 1988 obispo auxiliar del entonces arzobispo de Santiago de Compostela Rouco Varela. En 1992 fue promovido a obispo de Palencia y el 8 de septiembre de 1995 fue nombrado obispo de Bilbao.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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