FORTALEZA, viernes, 16 julio 2004 (ZENIT.org).- La idea de que los nuevos movimientos, y en particular las comunidades surgidas en el seno de la renovación carismática no están comprometidas social y caritativamente no es cierta, constata el arzobispo Paul J. Cordes de visita en Brasil.
El prelado alemán, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», está participando estos días en Fortaleza en actividades organizadas por Shalom, comunidad fundada en 1982 por Moysés Louro de Azevedo Filho junto a un grupo de jóvenes universitarios, presente hoy en numerosas diócesis de Brasil, así como en Italia, Suiza, Francia, Canadá e Israel.
Monseñor Cordes recalca el espíritu de evangelización de esta nueva realidad eclesial, que anima numerosos grupos de oración, y que «hace un extraordinario trabajo con los jóvenes y en particular con los muchachos de las calles».
El responsable del organismo vaticano para la promoción y coordinación de las obras de caridad dentro de la Iglesia ha sido invitado por Shalom para participar en encuentros en los que ofrecerá orientaciones para afrontar el desafío de la pobreza. En los encuentros, participan, entre otros, políticos brasileños.
«La comunidad de Shalom es una prueba de cómo la espiritualidad es capaz de producir compromiso en la ayuda al ser humano de manea concreta y de cambiar la sociedad», explicaba monseñor Cordes a Zenit antes de salir a Roma rumbo a Fortaleza..
«Conozco a miembros de estas nuevas realidades, como la comunidad del Emmanuel, Comunión y Liberación, Camino Neocatecumenal, la prelatura del Opus Dei… que van, en ocasiones con sus familias a lugares muy difíciles para crear modelos de cómo una familia vive en unidad», testimonia.
«Se les puede ver en barrios de los cinturones de pobreza de ciudades del tercer mundo –constata–. En medio de casas que no cuentan con viviendas dignas, sin habitaciones separadas, en las que se pueden dar situaciones de promiscuidad, son una indicación con su ejemplo para construir una familia sana».
«Quizá no era el primer objetivo de estas comunidades, pero es una consecuencia. Y la fuerza del testimonio vale más que lo que se enseña» constata el arzobispo Cordes, que en su visita a Brasil participará también en un encuentro en Brasilia con comunidades del Camino Neocatecumenal para invitar a los jóvenes a participar en la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa que se celebrará en agosto de 2005 en Colonia.
El carisma de la comunidad Shalom se sintetiza en tres palabras: «contemplación», «unidad», «evangelización».
«Nuestra formación parte del encuentro con Jesucristo vivo. Se desarrolla en el estudio de la palabra de Dios y de la doctrina de la iglesia católica; en la oración, en la liturgia, en los sacramentos, en la vida fraterna y misionera; en el amor filial a la Virgen María, en una sólida y cristiano formación humana y en el conocimiento profundo de la vida de Francisco de Asís y Teresa de Ávila», explica su página web.
Más información en http://www.comshalom.org.
