El encuentro con el Señor, fuente de la verdadera renovación sacerdotal

Entrevista al Director del Instituto “Sacerdos” del Ateneo Pontificio “Regina Apostolorum”

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ROMA, miércoles 2 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- A partir del 18 de enero al 6 de febrero de 2010 tendrá lugar en Jerusalén un curso para la renovación espiritual de los sacerdotes para la profundización de la vocación recibida.

Organizado por el Pontifical Institute Notre Dame of Jerusalem Center y por el Instituto Sacerdos de Roma, con el patrocinio de la Congregación para el Clero, el curso presenta una visión bíblica, histórica y sobre todo espiritual de los lugares de la Redención.

Ningún alma puede permanecer indiferente al recorrer los lugares donde nació, vivió, caminó, predicó, enseñó, sufrió la Pasión, murió y resucitó ese hombre, Jesucristo, que decía ser el Hijo de Dios.

Entre las diversas actividades previstas por el curso, hay tres días de ejercicios espirituales, conferencias de espiritualidad sacerdotal, un seminario de aggiornamento bíblico, intensos momentos litúrgicos, oración personal, adoración eucarística diaria, espacio para la convivencia sacerdotal y el estudio personal, encuentros ecuménicos, interreligiosos y visitas a las comunidades cristianas locales.

En este curso, que ha llegado ya a su décima edición y que se repetirá también desde el lunes 12 al sábado 31 de julio, participan más de 370 sacerdotes procedentes de 35 países distintos.

Entre los ponentes, hay también personalidades relevantes, como Su Beatitud Fouad Twal, patriarca latino de Jerusalén; monseñor Antonio Franco, nuncio apostólico de Jerusalén; padre Artemio Vítores ofm, vice custodio de Tierra Santa; padre Juan María Solana, L.C., director del Pontificio Instituto Notre Dame of Jerusalem Center; el rabino David Rosen, Director del Department for Interreligious Affairs y del Heilbrunn Institute for International Interreligious Understanding; el imán Mustafa Abu Sway; y padre Eugenio Alliata ofm.

Con ocasión del Año sacerdotal y para comprender la naturaleza, la finalidad y los resultados de este curso, ZENIT ha entrevistado al padre Gabriel González, Director del Instituto Sacerdos del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.

–¿Qué significado tiene para un sacerdote vivir un año particularmente dedicado a su vocación?

–Padre Gabriel: Muchos. Diría que es un momento especial para entender mejor la propia identidad personal, la propia vocación, para adquirir un mayor autoconocimiento y para profundizar en el don y el misterio recibido con la ordenación. Se trata de una reflexión importante, y es un objetivo que todos nosotros, sacerdotes, debemos alcanzar en este año dedicado al sacerdocio. Cuanta más conciencia tiene el sacerdote de su identidad, cuanto más consciente sea del camino que está llamado a recorrer, más santo será y mejor apóstol del reino de Cristo.

–¿Cómo es posible indagar sobre el don y el misterio de la vocación?

–Padre Gabriel: Ante todo, se trata de una reflexión teológica. Somos Alter Christus. La identidad del sacerdote se explica con la configuración ontológica en Cristo como Salvador, operada por el Espíritu Santo a través del sacramento del Orden.

Pero, aunque es fundamental, no basta la reflexión teológica. Es necesario ante todo reencontrarse, renovar el propio encuentro personal con Cristo, que nos ha llamado y al que hemos sido configurados. El encuentro personal con el Señor es la única fuente de verdadera renovación sacerdotal.

–El Instituto Sacerdos ¿ha organizado algo particular para este Año Sacerdotal?

–Padre Gabriel: Sobre todo promueve y sostiene as iniciativas emprendidas por las diversas diócesis, y en particular el Encuentro de Clausura del Año Sacerdotal organizado por la Congregación para el Clero con la ayuda de la Obra Romana de las Peregrinaciones.

Como preparación a estas jornadas de encuentro entre nosotros, con nuestros pastores y con el Santo Padre, el Instituto organiza algunas peregrinaciones en Francia, Italia y Tierra Santa en los primeros días de junio.

Todas estas peregrinaciones se concluirán el 8 de junio, día en que tendrá lugar en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum un congreso de espiritualidad y pastoral sobre el sacerdocio, con la presencia de obispos y cardenales que se caracterizan por su atención a nosotros sacerdotes.

El Instituto además orienta todas sus actividades ordinarias a la renovación espiritual del sacerdote, de modo particular en este año. Una atención especial merece el período de renovación sacerdotal que tiene lugar en Tierra Santa, ya desde hace 4 años, cada 6 meses.

–¿En qué consiste este periodo de renovación?

–Padre Gabriel: Es un periodo extraordinario de 18 días durante los cuales el sacerdote se encuentra consigo mismo y con Cristo en Tierra Santa. Habitualmente vamos a Tierra Santa con los fieles y nuestra atención se focaliza hacia su bien espiritual, en este curso miramos más hacia nuestro bien espiritual.

Es un encuentro espiritual, pero también eclesial, cultural, interreligioso, histórico, bíblico, fraterno. Verdaderamente singular gracias a la unicidad de esa Tierra. Cristo vino a redimir todo, y nosotros miramos todo el misterio de Tierra Santa con los ojos de un sacerdote, continuador de su misión. El programa está dirigido a hacer posible una experiencia semejante.

–¿Puede darnos alguna indicación sobre el programa?

–Padre Gabriel: Se realizan tres días de ejercicios espirituales y, durante el curso, están previstos momentos de adoración eucarística, liturgia de las horas en comunidad, posibilidad de renovar las promesas bautismales en el Jordán, las promesas sacerdotales en el Cenáculo o en Getsemaní, liturgia penitencial, etc.

En esta experiencia los sacerdotes realizan una reflexión profunda del encuentro con Jesús, y después de estos dieciocho días, vuelven con un programa de vida renovado, llenos de entusiasmo espiritual y pastoral.

Antes de entrar en la «vida de Jesús», se dedica un día de estudio al judaísmo antiguo y moderno. Se visita el Templo, el muro de las Lamentaciones, se tiene un encuentro teológico-cultural con el rabino David Rosen, director del Department for Interreligious Affairs y del Heilbrunn Institute for International Interreligious Understanding.

Después se recorre cronológicamente la vida de Jesús a través de la visita a todos los lugares santos, con tranquilidad, teniendo a disposición tiempo para rezar y para compartir fraternalmente experiencias y reflexiones.

Se llega hasta un triduo sacro vivido desde jueves hasta domingo con todos sus detalles. El jueves se come el cordero pascual como hicieron los discípulos, la misa vespertina se celebra en el cenaculino, para revivir la última cena. Esa noche, tarde, se celebra una hora santa en el Getsemaní, en soledad. Es una experiencia de una conmovedora intensidad.

–Es por tanto una experiencia de oración….

–Padre Gabriel: Sí, pero la renovación sucede también cuando, por ejemplo, se oye contar por el nuncio o por nuestro Patriarca Latino la situación de las comunidades cristianas de todos los ritos existentes. O cuando nos dirigimos a las parroquias de Jerusalén, de Belén o de Ramala para compartir la Eucaristía. Son momentos únicos.

–¿Se encuentran también con los musulmanes?

–Padre Gabriel: Tenemos un encuentro teológico, cultural y de algún modo también político con diversos representantes del Islam. Es un encuentro que nos enriquece.

–El curso ¿es sólo experiencial o hay lecciones verdaderas?

–Padre Gabriel: Por lo general tenemos algunas sesiones de estudio sobre geografía
bíblica. Se entiende mucho mejor todo lo que después se visita. Se organizan también algunos workshop sobre diversos temas pastorales como homilética, pastoral vocacional, algunos temas de bioética y de doctrina social. El enriquecimiento llega cuando cada sacerdote contribuye con su experiencia personal, ya que procedemos de muchos países distintos.

–¿Se crea una gran fraternidad?

–Padre Gabriel: Sí, de un modo maravilloso, por ejemplo, cuando de noche, después de la cena, se comparten las experiencias vocacionales y sacerdotales de forma espontánea. Debo decir que es uno de los puntos más bellos y enriquecedores del curso.

Quisiera pedir a todos los fieles una oración por los sacerdotes que harán este curso de renovación, de modo particular este año.

Por Antonio Gaspari

[Traducción de Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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