El fundador de «Comunión y Liberación», monseñor Luigi Giussani, muere en Milán

Tenía 82 años

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MILÁN/CIUDAD DEL VATICANO, martes, 22 febrero 2005 (ZENIT.org).- Este martes, de madrugada, falleció en su residencia en la ciudad italiana de Milán, a los 82 años de edad, monseñor Luigi Giussani, fundador del movimiento eclesial «Comunión y Liberación» (CL) –«uno de los brotes de la prometedora “primavera” suscitada por el Espíritu Santo en los últimos cincuenta años», en palabras del Papa–.

En nombre de la presidencia de CL, el sacerdote Julián Carrón informó en un comunicado a todas las comunidades del movimiento de que a las 3.10 horas «el Señor» había «llamado a nuestro queridísimo don Giussani». Una insuficiencia circulatoria y renal posterior a la grave pulmonitis que había padecido estos días causó su muerte.

«Seguros en la esperanza de la resurrección, a través del intenso dolor por esta separación, en el abrazo de Cristo le reconocemos padre más que nuca, él que ahora contempla la Presencia, tan querida para él, de Jesucristo, que en toda su vida nos enseñó a conocer y a amar como consistencia total de toda cosa y de toda relación», invita el padre Carrón.

Añade: «Confiándonos todos a la Virgen, “de esperanza fuente viva”, pedimos a las comunidades que celebren la Eucaristía. Agradecidos por la vida de don Giussani, pedimos que su fe, esperanza y caridad se hagan cada vez más nuestras».

Los restos de monseñor Giussani se están velando en la capilla del Instituto «Sacro Cuore» en Milán, abierta a todos los que deseen visitarla.

En nombre del Santo Padre, el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, presidirá el próximo jueves, a las 15.00 horas, en la catedral de Milán, el funeral por monseñor Giussani, según confirmó este martes el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls.

El pasado fin de semana Juan Pablo II había enviado un mensaje al fundador de CL conociendo la situación de salud que atravesaba. «En este momento de gran sufrimiento, deseo dirigirle un afectuoso saludo, asegurándole mi espiritual cercanía», le manifestó el Santo Padre, ofreciendo «oraciones fervientes» para que Dios le consolara en estos momentos.

El Papa invocaba la «materna protección de la Virgen María, salud de los enfermos» para monseñor Giussani y le impartía «de corazón» una «bendición apostólica especial» a él y a los miembros de CL.

Pocos días antes, responsables del movimiento eclesial pedían a todos los miembros, ante las «serias» condiciones de salud de su fundador, «rezar el Rosario» por él.

Luigi Giussani nació el 15 de octubre de 1922. Su madre, Angela, le transmitió una religiosidad sencilla y genial: «¡Qué bello es el mundo y qué grande es Dios!», le susurró una noche llena de estrellas que el fundador de CL no olvidó jamás. De su padre Beniamino, artista y socialista anárquico, aprendió el ansia de justicia y el amor por la belleza: pintura, poesía, música…

Entró muy joven al seminario y fue ordenado sacerdote en 1945. Tras enseñar en el Liceo clásico de «Berchet» en Milán, entre 1964 y 1990 fue catedrático de Introducción a la Teología, en la Universidad Católica de Milán

Sus numerosos libros fueron presentados en la sede de Nueva York de las Naciones Unidas, en 1997, como escritos por «un representante particularmente inspirado del sentido religioso del hombre».

Su pensamiento se sintetiza en su gran pasión: el descubrimiento del infinitamente grande e infinitamente pequeño, es decir, el misterio de Cristo, Dios hecho hombre. Esta es la esencia de «Comunión y Liberación». Giussani siempre orientó todo a la belleza y al gozo del encuentro con el Redentor del hombre.

Cinco décadas se cumplieron precisamente el pasado octubre desde que el celo sacerdotal de Luigi Giussani dio vida, a partir del Liceo «Berchet», a una iniciativa de presencia cristiana llamada Juventud Estudiantil –GS (Gioventù Studentesca)–.

Se transformaría en «Comunión y Liberación» (www.clonline.org), cuyas siglas actuales aparecieron por primera vez en 1969. Sintetizan el convencimiento de que el acontecimiento cristiano, vivido en la comunión, es el fundamento de la auténtica liberación del hombre. En 1982 el Consejo Pontificio para los Laicos reconoció CL como Asociación de Derecho Pontificio. En la actualidad está presente en cerca de setenta países en los cinco continentes.

No prevé ninguna forma de inscripción, sino la libre participación. Un instrumento fundamental de formación de los seguidores del movimiento es la catequesis semanal denominada «Escuela de comunidad».

La finalidad de este movimiento eclesial es la educación cristiana de sus propios seguidores y la colaboración con la misión de la Iglesia en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea.

En esta línea, el «Meeting de Rímini» (www.meetingrimini.org) es un acontecimiento inspirado de forma explícita en la visión católica del mundo, fruto de la iniciativa de personas y grupos que viven la experiencia cristiana a través de CL. La cita llegó a reunir el año pasado en la localidad italiana a 700 mil personas.

En una carta del pasado febrero, celebrando las «bodas de oro» del movimiento, el Papa reconocía a monseñor Giussani que CL «puede considerarse justamente, junto a una gran variedad de otras Asociaciones y nuevas Comunidades, como uno de los brotes de la prometedora “primavera” suscitada por el Espíritu Santo en los últimos cincuenta años».

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ZENIT Staff

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