El líder católico y el ortodoxo de Moscú rezan por liberación de los rehenes

Ante el secuestro de más de 600 personas en el teatro de la capital

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MOSCÚ, 24 octubre 2002 (ZENIT.org).- El patriarca de la Iglesia ortodoxa de Moscú, Alejo II, y el arzobispo católico Tadeusz Kondrusiewicz han condenado firmemente el secuestro de más de 600 personas organizado por un comando de unos 40 terroristas chechenos.

«Personas inocentes de varias nacionalidades, confesión religiosa, ciudadanos de Rusia y extranjeros, que se entretenían pacíficamente en el Palacio de la Cultura, se han convertido en objeto de una acción terrorista», afirma monseñor Kondrusiewicz, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia.

«En una situación tan delicada y peligrosa, la Iglesia católica en Rusia reza por una pacífica y rápida liberación de los rehenes», añade.

«En nombre del único Dios, nos dirigimos a quienes han entrado en el teatro con las armas: «¡Salvad la vida de los inocentes, pues la vida es el don más grande del Creador!»», clama monseñor Kondrusiewicz.

«Nos dirigimos a las autoridades estatales, a la comunidad internacional, a los líderes religiosos, en particular al clero musulmán, y a las personalidades públicas: «¡Buscad un camino de salida a esta tragedia con la máxima responsabilidad, con diálogo, negociación, sin usar la fuerza ni provocar un baño de sangre!»».

Monseñor Kondrusiewicz se dirige después a todos los rusos para lanzar un nuevo llamamiento: «¡Conservad la tranquilidad y la razón, no liguéis la violencia ni a la religión ni a la nacionalidad!».

«La auténtica religión invita siempre a la paz y al amor recíproco, y las personas de diferentes nacionalidades pueden vivir como hermanos y hermanas. La violencia y el terror no han podido ni podrán nunca resolver los conflictos», añade.

«¡Que el único Creador nos dé a todos la fuerza y la sabiduría para soportar esta prueba con dignidad y con los principios del amor recíproco, del respeto, de la observancia de los derechos y deberes de los ciudadanos, y nos ayude a construir una sociedad civilizada en nuestra Patria!», concluye.

Por su parte, el patriarca Alejo II «lleno de ansiedad», asegura su oración por los rehenes «para que puedan regresar a sus casas con su familia sanos y salvos».

«Espero que los secuestradores vuelvan a razonar y eviten el baño de sangre –sigue diciendo el mensaje de Alejo II–. Pido a los líderes islámicos de Rusia y del mundo que ejerzan su influencia sobre la conciencia de esas personas y les presionen para que no maten a estas personas inocentes».

«En esta compleja situación, pido a nuestras autoridades que actúen con responsabilidad y sabiduría, que actúen para salvar vidas humanas, y que esto no se repita en nuestra ciudad y en toda Rusia», afirma el documento del patriarca.

«Suplico a mis compatriotas que se mantengan en paz y vigilantes –concluye–. En estos días no debemos dejarnos llevar por el miedo, la desesperación, la enemistad, que es lo que querrían sembrar. Que el Señor limpie nuestra tierra de toda de la plaga del terror».

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ZENIT Staff

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