CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que el desafío para los cristianos en estos momentos consiste en hacer presente a Cristo en el mundo con el testimonio de vida.
Fue la consigna que dejó al recibir en audiencia a las Carmelitas Misioneras Teresianas que participan en el capítulo general en torno al lema «pasión por la Iglesia: Dios y los prójimos».
«En el programa de vida y acción para los próximos años, se ha de recordar que antes que en las obras exteriores, la misión se lleva a cabo en el hacer presente a Cristo en el mundo mediante el testimonio personal», afirmó el Papa en el discurso que dirigió en castellano durante la audiencia, que tuvo lugar el 9 de noviembre.
«¡Éste es el reto, éste es el quehacer principal de la vida consagrada! –añadió–. Y, ¿dónde podemos inspirarnos para hacer presente a Cristo, sino en el gran Misterio donde Cristo está «realmente» presente, como es la Eucaristía? Todos los aspectos de la Eucaristía confluyen en lo que más pone a prueba nuestra fe: el misterio de la presencia «real»».
En el capítulo general ha sido elegida la nueva superiora general de las Carmelitas Misioneras Teresianas, la hermana Luisa Ortega Sánchez.
Nacida el 22 de mayo de 1946 en Palencia (España), ha desarrollado buena parte de su apostolado en Chile, fundando dos comunidades en Tierras Blancas, Coquimbo, y en el Santuario «Santa Teresa de los Andes», Auco. De 1992 a 1997 tuvo a su cargo la formación de las novicias en Santiago de Chile. En 1998 fue elegida primera consejera general de la congregación.
Las Carmelitas Misioneras Teresianas, cuyo fundador es el beato Francisco Palau i Quer, surgieron en Ciudadela (Menorca), en 1861, con espiritualidad eclesial y mariana. Sirven a la Iglesia en sus miembros más necesitados.
En estos momentos, la congregación cuenta con algo menos de ochocientas religiosas y novicias en varios continentes.
Más información sobre las Carmelitas Misioneras Teresianas en http://www3.planalfa.es/cmt/
