El Vaticano exige la liberación de obispos y sacerdotes arrestados en China

Algunos mueren entre rejas sin que se sepa nada de ellos

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo , 12 septiembre 2004 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha pedido la liberación de los numerosos obispos y sacerdotes arrestados en la República Popular China y ha denunciado que algunos de ellos mueren entre rejas sin que sepa nada de ellos.

Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, reveló este sábado que «sólo ahora» la Santa Sede ha tenido conocimiento de varios de los arrestos que tuvieron lugar hace ya un mes.

«En la primera semana de agosto, el reverendo sacerdote Pablo Huo Junlong, vicario general de la diócesis de Baoding (provincia de Hebei), fue detenido por la policía junto a otros siete sacerdotes y dos seminaristas», denuncia un comunicado de prensa emitido este sábado.

«Los sacerdotes Pablo An Jianzhao y Juan Bautista Zhang Zhenquan han sido condenados a un período de reeducación a través de trabajos forzados –añade el documento–. Los demás, estarían todavía detenidos en Quyang (Baoding), a excepción de tres que no pertenecen a esta diócesis».

«Según las informaciones que aquí han llegado, el 6 de septiembre de 2004, los miembros del clero de la diócesis de Baoding, detenidos o privados de libertad, son veintitrés», informa el portavoz vaticano.

«Entre ellos se encuentran el obispo monseñor Santiago Su Zhimin y su auxiliar, monseñor Francisco An Shuxin, que desaparecieron en los meses de septiembre de 1997 y de marzo de 1996, respectivamente, y son detenidos sin juicio en un lugar secreto», añade.

«Sucesivamente ha sido arrestado el administrador diocesano de la archidiócesis de Fuzhou, junto con dos sacerdotes y un seminarista –sigue revelando el comunicado–. Por el momento no resulta que hayan sido puestos en libertad».

«La Santa Sede no tiene noticia de los motivos de estas medidas represivas. Si las nuevas noticias que han llegado son verdaderas, nos encontraríamos, una vez más, ante una grave violación de la libertad de religión, que es un derecho fundamental del hombre», considera el Vaticano.

«La Santa Sede hace un llamamiento al respeto de este derecho, sancionado por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre –sigue diciendo–, y confía en que todas se les restituya a todas las personas mencionadas cuanto antes, la libertad y puedan desempeñar su compromiso pastoral al servicio de las respectivas comunidades católicas».

Navarro-Valls informa que el Vaticano ha sabido que «a finales de agosto falleció en la cárcel monseñor Giovanni Gao Kexian, obispo de Yantai (provincia de Shandong), a los 76 años. El cuerpo del prelado fue entregado por la policía a sus familiares. Monseñor Gao estaba encarcelado desde finales de los años noventa y no se tenían noticias de él desde hace tiempo», concluye.

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ZENIT Staff

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