El Vaticano pide normas claras contra los abusos del «turismo sexual»

Intervención del representante de la Santa Sede en la OMT

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RIMINI, 8 sep (ZENIT.org).- El turismo es «una ocasión insustituible de desarrollo» para los países con economías pobres, pero puede convertirse también en una «nueva forma de colonización» que impone de manera arrogante el modelo occidental sacrificando las diversidades culturales y «exportando» al sur del mundo hedonismo, consumismo y otros antivalores de la sociedad industrializada. Esta fue la constatación que hizo ayer monseñor Piero Monni, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización Mundial del Turismo (OMT), al intervenir en Rimini (Italia) sobre el tema «Problemas afrontados por la OMT: un turismo con rostro humano», durante el congreso internacional celebrado en esta ciudad del 5 al 8 de septiembre.

Ante todo, monseñor Monni recordó en su intervención que la OMT aprobó el año pasado un Código Mundial de Ética del Turismo, que es útil para «tomar mayor conciencia de los problemas que se crean en el complejo mundo del turismo. Una toma de conciencia que debe crecer en las relaciones entre la industria turística y las autoridades de las comunidades locales que acogen a los turistas, así como entre los que utilizan los servicios y los agentes turísticos».

Turismo sexual
«Es cada vez más urgente –subrayó el representante pontificio– establecer reglas de comportamiento, universalmente compartidas, que puedan contribuir a frenar fenómenos –como el de la explotación sexual de los niños– tan difundidos en el mundo. Desde hace tiempo se habla de una verdadera y propia globalización del turismo sexual». Según la ONU, «diez millones de niños son víctimas de violencias sexuales». Se trata de un fenómeno que está extendido en casi todo el sudeste asiático.

Por último, monseñor Monni se refirió a la importancia de «sostener un turismo duradero, accesible a todos y que también pueda representar un medio de expansión económica para los países en vías de desarrollo, en el actual contexto económico internacional. Un contexto complejo no sólo desde un punto de vista social y político sino también religioso».

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ZENIT Staff

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