Entre los argumentos de la agenda de la cumbre eclesial destacan el problema de la seguridad de las comunidades cristianas en ese país, el futuro del Seminario Babel Collage, única facultad de teología del país, transferido de Bagdad a Kurdistán, y la condición de las diócesis dentro y fuera de Irak.
El Sínodo se inaugurará este viernes en Al Qosh, a 25 kilómetros de Mosul, según ha confirmado el procurador de la Iglesia caldea ante la Santa Sede, el padre Philip Najim, a la agencia SIR de la Conferencia Episcopal Italiana.
A pesar de las difíciles condiciones de seguridad, el patriarcado caldeo de Bagdad ha decidido convocar el Sínodo en Irak como signo de solidaridad con el pueblo iraquí.
De hecho, el último Sínodo se había celebrado en Roma.
Este miércoles, en Estocolmo, en Suecia, donde reside una importante comunidad de caldeos en la diáspora, unas mil personas se manifestaron ante el Parlamento con pancartas en las que podía leerse: «No matéis a los cristianos en Irak».