Escasos progresos en la erradicación del fenómeno de los «niños-soldado»

Un drama denunciado por Juan Pablo II

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ROMA, viernes, 19 noviembre 2004 (ZENIT.org).- A pesar de los reiterados llamamientos del Papa, el fenómeno de los «niños-soldado» –300 mil siguen activos en una veintena de conflictos— está aún lejos de desaparecer.

En su enérgica denuncia de las vejaciones que actualmente experimenta la infancia, Juan Pablo II incluyó en su Mensaje para la Cuaresma 2004 la situación de los menores «enrolados para combatir» al aludir a la situación de los niños «profundamente heridos por la violencia de los adultos».

De difundir el alcance de este drama se encargó el miércoles en Londres la «Coalition to Stop the Use of Child Soldiers» («Coalición para detener la utilización de niños-soldado»), cuyo «Informe Global 2004» presentado a la prensa revela la proporción de niños de 9 a 17 años que han sido reclutados en ejércitos y grupos armados y enviados a combatir.

El diario de la Santa Sede «L’Osservatore Romano» se hace eco de esta denuncia recogiendo las declaraciones de Casey Kelso, presidente de la citada Coalición, quien alertó al presentar el documento que «generaciones enteras están perdiendo su infancia a causa de gobiernos y grupos armados».

El texto da la voz de alarma sobre «decenas de grupos armados en muchas regiones del mundo» que «siguen reclutando niños, obligándoles a combatir, adiestrándoles en el uso de armas y explosivos, sometiéndoles a violencia, trabajos forzados y otras formas de vejaciones».

Se hace especial referencia a los conflictos en República Democrática del Congo, Sudán, Uganda, Zimbabwe, la India, Burma, Sri Lanka, Indonesia, Irak, Israel y los Territorios Palestinos, Colombia y Chechenia.

300 mil menores siguen involucrados en conflictos en el mundo, según el informe, que analiza en 196 países la utilización de menores por parte de milicias gubernativas o rebeldes, en el período comprendido entre abril de 2001 y marzo de 2004. La cifra de «niños-soldado» sólo en África ronda los 100 mil.

Se estiman al menos en 21 las guerras activas que explotan a los menores con fines militares.

En algunos casos los menores no son sólo adiestrados en las armas, sino que son encaminados al espionaje, como en Israel, y son obligados a emplear la violencia en sus coetáneos, como en Angola y Sierra Leona, y se hace uso de ellos como correos de la droga, como es el caso de Colombia.

La duración de los conflictos modernos, frecuentemente entre 10 y 15 años, hace de los niños un «material humano de recambio» indispensable para ejércitos diezmados, además de que son un instrumento de venganza en la lógica criminal de quien los enrola para castigar al enemigo: los padres, la comunidad –apunta el diario católico «Avvenire»–.

Son significativos los datos que aporta el informe respecto a Afganistán, Angola y Sierra Leona: el final de la guerra, en los últimos años, ha llevado a la desmovilización de 40 mil niños. Ello contrasta con la nueva situación de otros 25 mil que han sido involucrados en las guerras en Costa de Marfil y Sudán.

Los principales reclutadores y explotadores de niños-soldado son los grupos armados, tanto filo-gubernativos como las fuerzas de oposición. No es infrecuente –como en el caso de las FARC («Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia»)– que los niños sean deferidos a «consejos de guerra» por infracciones disciplinarias y en algunos casos asesinados, incluso por sus coetáneos.

En la zona oriental de la República Democrática del Congo, grupos armados han cometido violaciones y abusos particularmente feroces contra los pequeños.

Pero la Coalición también señala el caso de los niños que son adiestrados en academias militares legitimadas o enrolados legalmente, aunque no enviados a combatir. Denuncia en este sentido a 60 gobiernos, entre ellos los del Reino Unido, Australia, Alemania y Holanda. Recientemente el presidente Vladimir Putin ha reintroducido en Rusia escuelas militares, en desuso desde hace tiempo.

También hay niños que son adiestrados para la guerra y que participan en operaciones militares porque así lo establece la legislación en su país.

El informe alude a los Estados Unidos, que reclutarían anualmente a unos 10 mil chicos de 17 años que pasan a formar parte de las Fuerzas Armadas. Entre 2003 y 2004 se ha enviado a 53 a Irak, 5 a Afganistán y 2 a Kuwait.

La Coalición pide a los gobiernos que excluyan toda forma de reclutamiento de menores de 18 años y que den plena realización al tratado de las Naciones Unidas sobre los «niños-soldado»

Más información en www.child-soldiers.org.

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ZENIT Staff

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