ROMA, jueves, 28 octubre 2004 (ZENIT.org).- Pasado un mes de la tempestad tropical Jeanne que se abatió sobre Haití, la emergencia humanitaria permanece, según informan fuentes locales de Cáritas.
El fango no ha abandonado las calles y hace muy difícil la llegada de socorros por parte de la ayuda humanitaria. El balance del desastre hasta ahora es de tres mil muertos, 1.056 desaparecidos y 300.000 personas sin hogar.
La Caritas de Haití está presente para socorrer a los 5.600 desplazados de Gonaives, la zona más afectada. Treinta voluntarios trabajan en centros de acogida a este efecto, proporcionando asistencia alimentaria y sanitaria, además de distribuir bienes de primera necesidad.
Los paquetes de emergencia contienen jabón, detergentes, cepillo, desodorante, papel higiénico así como platos, cubiertos, cacerolas y palanganas.
La asistencia médica y la distribución de productos sanitarios es importante para la prevención de epidemias, dada la carencia de agua potable, y es esencial para el tratamiento de patologías extendidas como la gastroenteritis, problemas respiratorios, malnutrición e infecciones dermatológicas.
Algunos supervivientes de las inundaciones, retribuidos por Caritas, limpian las calles y los lugares públicos. Los agentes humanitarios que prestan ayuda utilizan vehículos sin distintivos y organizan distribuciones discretas y más seguras, dada la presencia de pequeñas bandas de desesperados que toman como objetivo los convoyes humanitarios.
El objetivo de la organización local de Caritas no es sólo el de afrontar la actual emergencia sino también la reanudación de itinerario de rehabilitación a través del microcrédito a las mujeres, la agricultura, el abastecimiento de material escolar y la educación sanitaria.
La red internacional de Cáritas ha pedido ayuda a sus filiales en todo el mundo para sostener a su organización hermana en el país caribeño. Más información en www.caritas.org.
