Jesús Ortiz: «La Iglesia que desea Juan Pablo II»

Entrevista al autor de un libro sobre la Iglesia perfilada por este pontífice

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PAMPLONA, 16 noviembre 2003 (ZENIT.org).- «Muchos hombres buscan a Dios, pero no le encuentran porque se alejan de la Iglesia», constata en esta entrevista concedida a Zenit Jesús Ortiz López, sacerdote y autor de obras sobre la Iglesia y los sacramentos.

Su último libro lleva precisamente por título «La Iglesia que desea Juan Pablo II» (Editorial RIALP)

–¿Cómo es la Iglesia que desea Juan Pablo II?

–Ortiz López: Naturalmente, la Iglesia que desea el Papa es la Iglesia de Jesucristo, tan viva hoy como hace veinte siglos pues está animada por el Espíritu de vida.

Y es la Iglesia que confía en el hombre actual. La antología de textos seleccionada en este libro es una panorámica de la Iglesia en sus aspectos fundamentales desde la perspectiva de la santidad y desarrollando el Concilio Vaticano II.

Comienza en la crónica del último viaje de Juan Pablo II a España y continúa con algunas Catequesis dirigidas al gran público. Tenemos pues en esta obra una visión completa de la Iglesia y de las grandes cuestiones actuales, como: la misión del Papa y de los Obispos, el testimonio de los laicos y especialmente de la mujer, la nueva evangelización, la identidad de los sacerdotes, o el largo camino hacia la unidad.

–Sin embargo es un hecho que algunos hombres y mujeres se alejan de la Iglesia. ¿Por qué?

–Ortiz López: Muchas veces se debe a la falta de conocimiento. No se puede amar aquello que se desconoce, decían los clásicos. Además, algunos se han visto influidos negativamente por la falta de coherencia de los creyentes o incluso por los malos ejemplos, reales o supuestos.

Al reflexionar sobre las palabras del Papa en Madrid he percibido que han sido pronunciadas en clave de santidad. Y así lo hacía visible para todos aquel cartel en Colón: «Todos llamados a ser santos».

–Pero, ¿tiene usted la sensación de que se percibe a la Iglesia como cantera de santos?

–Ortiz López: Si se viera de otro modo habría peligro de ver clases en la Iglesia –sacerdotes frente a seglares, teólogos frente al magisterio, o pobres frente a ricos– y de confundirla con una multinacional de la solidaridad o peor aún con un centro de poder.

–¿Qué papel ve para las familias en las nueva evangelización?

–Ortiz López: Un papel fundamental. En este viaje a España destacaría la sintonía de los jóvenes con el Papa y la presencia de muchas familias en Colón. Hemos visto una Iglesia que no suele aparecer en los telediarios y que está compuesta de familias de toda clase y condición, que viven con naturalidad su fe y encarnan la «Iglesia doméstica».

Esta experiencia ayudará a corregir un poco la idea simplificada que podemos tener de la sociedad española, mucho más cristiana de lo que aparece en los medios de comunicación.

–¿La familia es la solución para un nuevo impulso evangelizador?

–Ortiz López: Sí, me parece que en ello reside una fuerza importante de la Iglesia cara al futuro, pues es en las familias cristianas donde se forman los cristianos del mañana, donde surgen las vocaciones al sacerdocio y a otras instituciones o la vida consagrada.

El Papa ha dicho que «surgirán nuevos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida».

–¿Cómo entender que se puede ser moderno y fiel a Jesucristo, como dice el Papa?

–Ortiz López: La Iglesia camina con el tiempo y lo santifica desde la perspectiva de la eternidad, evitando así la tiranía del presente.

No es verdad que la Iglesia esté desfasada, como dicen algunos, porque miran sólo algunas formas externas y no llegar a verla secularidad de la inmensa mayoría de laicos inmersos en las tareas humanas, codo con codo con los demás hombres, creyentes o no creyentes.

El Papa ha dicho con buen humor que «soy un joven de 83 años». Por eso los jóvenes de todo el mundo conectan con el Papa, cuando les recuerda que «Cristo es la respuesta verdadera a todas las preguntas sobre el hombre y su destino».

–A medio año de distancia, ¿qué frutos se van notando en España del último viaje?

–Ortiz López: Una clave del Pontificado de Juan Pablo II consiste en desarrollar el Concilio Vaticano II y especialmente la vocación a la santidad, llenando de esperanza a un mundo desorientado.

En tiempos de crisis los hombres quedan sin asideros y se tambalean; por ello la Iglesia ofrece con sus enseñanzas asideros firmes a los que agarrarse para no ser engullidos en el agujero negro del relativismo religioso y moral.

Hablando de España y desde mi perspectiva personal pienso que una tarea importante de la nueva Evangelización consiste en formar la conciencia de los fieles, sometidos a la presión de las modas y de los medios, que inducen un estilo de vida superficial cuando no abiertamente inmoral.

–¿Tan superficial es la sociedad?

–Ortiz López: No pienso eso, pues hoy podemos encontrar a muchos cristianos, que son buenos profesionales, que han cobrado nuevos bríos desde el último viaje del Papa y se han comprometido, a diversos niveles, para recristianizar la sociedad.

Se han llenado de esperanza. El Papa cree en los jóvenes y por eso les pide generosidad ante la llamada de Dios y dice a cada uno: “Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida”.

-Así pues, ¿la visita ha suscitado ya vocaciones?

–Ortiz López: Aunque no sean cifras inmediatas estos viajes del Santo Padre dejan una estela de vocaciones en cada país. Por otra parte, la Iglesia en España necesita estar más presente en todos los niveles de la sociedad a través de la coherencia de vida de los creyentes bien formados, y urge encontrar esos hombres y esas mujeres en la política, en la universidad y en la investigación, en el amplio mundo de la cultura, en el arte y en los deportes. En suma, serán testigos creíbles del Evangelio los cristianos que vivan en Dios y para Dios: eso son los santos.

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ZENIT Staff

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