CIUDAD DEL VATICANO, martes, 14 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II hizo un llamamiento este martes a reconocer el papel que desempeña la mujer en la sociedad como condición para construir una sociedad que promueva la paz y respete la vida.
Su petición aparece en el mensaje que ha enviado a las Religiosas del Amor Divino con motivo de su tercer centenario de fundación.
«A la luz de los grandes cambios culturales y sociales que se han registrado en la época moderna», el obispo de Roma considera que las religiosas de esta congregación están llamadas hoy «a ayudar a las mujeres en dificultad a redescubrir su dignidad según el proyecto de Dios y su vocación al amor».
«Reconocer el papel que corresponde a la mujer en la sociedad contribuye a tutelar los valores de la familia, de la vida y de la paz», asegura el Santo Padre.
El Santo Padre pide a las religiosas un servicio particular: promover la aplicación de la carta apostólica «Mulieris dignitatem» que él mismo escribió el 15 de agosto de 1988 «sobre la dignidad y vocación de la mujer»
En ese documento, Juan Pablo II expresaba solemnemente el agradecimiento de la Iglesia «por todas las manifestaciones del genio femenino aparecidas a lo largo de la historia» y pedía que se reconozca su contribución tanto en el mundo como en la Iglesia.
Las Religiosas del Amor Divino, como explica el Papa en su mensaje, ejercen su apostolado a través de la «animación litúrgica, de la catequesis, de la formación en los oratorios juveniles, en las escuelas profesionales y en los laboratorios, de la asistencia en las casas-familia para mujeres solas con hijos y en los centros de acogida y escucha para personas débiles y marginadas».
Las religiosas, que son algo más de 120 con 16 casas, fueron fundadas el 13 de septiembre de 1705 por el cardenal italiano Marco Antonio Barbarigo, obispo de Montefiascone y Corneto.