CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 13 febrero 2005 (ZENIT.org).- La Eucaristía es el tema principal de los ejercicios espirituales que comenzó en la tarde de este domingo Juan Pablo II junto a sus colaboradores, según explica el encargado de predicar las meditaciones, monseñor Renato Corti, obispo de Novara (Italia).
El retiro semanal comenzó a las seis de la tarde con la exposición eucarística, la celebración de las Vísperas, la meditación introductiva, la adoración y la bendición eucarística. El tema general es «La Iglesia al servicio de la nueva y eterna Alianza».
Del lunes al viernes los participantes en los ejercicios espirituales se reunirán para rezar la Liturgia de las Horas y escuchar cuatro meditaciones diarias. Tras la última meditación se rezará el rosario y luego tendrá lugar la adoración y la bendición eucarísticas.
Para el día conclusivo, el sábado por la mañana, tras la concelebración eucarística, se ha invitado a participar en un momento de adoración al santísimo sacramento en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Las meditaciones tienen lugar en la Capilla «Redemptoris Mater» en el palacio apostólico vaticano, revestida desde 1999 con 600 metros de mosaico en las paredes y techo que presentan figuras del cristianismo de de oriente y occidente, por la que ha sido bautizada como la Capilla Sixtina del siglo XXI.
En la semana de ejercicios espirituales se suspenden todas las audiencias del Papa, incluida la audiencia general del miércoles 16 de febrero.
Monseñor Corti, de 68 años, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, consultor de la Congregación vaticana para el Clero, conocido por su honda espiritualidad y ascética, ha anunciado que «el misterio de la Eucaristía» será el tema central de estos ejercicios espirituales.
«El Cuerpo y la Sangre de Cristo, presentes en el sacramento de la Eucaristía, son la síntesis viviente de toda la historia de la salvación», explicó el predicador este domingo en declaraciones a «Radio Vaticano», citando a los padres de la Iglesia.
Estos ejercicios espirituales tienen lugar en el Año de la Eucaristía convocado por el Santo Padre y, como anuncia el prelado sus meditaciones estarán inspiradas por la carta apostólica de Juan Pablo II «Mane Nobiscum Domine» (7 de octubre de 2004) escrita para este año.
En ese texto, el Papa confiesa que ha convocado el año eucarístico porque quiere que «la Eucaristía siga resplandeciendo en todo el fulgor de su misterio».
Para el obispo de Roma, añade monseñor Corti, estos doce meses deben ser una «ocasión preciosa para tomar una renovada conciencia del tesoro incomparable que Cristo ha confiado a su Iglesia».
Por último, subraya el prelado, el Santo Padre quiere que este año sea «estímulo para una celebración más viva y sentida de la que surja una existencia cristiana transformada por el amor».
El predicador de los ejercicios espirituales, haciéndose eco de los sentimientos del Papa, espera que este año sirva para «reconocer en la Eucaristía la raíz y el secreto de la vida espiritual de los fieles, así como de toda iniciativa de la Iglesia local».
Ante la pregunta sobre si la Iglesia –obispos, sacerdotes, religiosos, laicos– sabe comunicar al mundo de hoy el Evangelio de Jesús, monseñor Corti considera que para alcanzar este objetivo se requiere una «condición básica»: «vivir lo que digo y propongo».
Ante la tentación de «suavizar» el «mensaje de Jesús», el obispo recomienda «un amor tal a Jesús que sólo se pueda decir lo que ha dicho Jesús, como expresaron Pedro y Juan ante el Sanedrín: «No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído»».
La idea de celebrar los ejercicios espirituales de una semana en el Vaticano se remonta al año 1929, durante el pontificado de Pío XI, que la estableció en el período de Adviento. El Papa Pablo VI la trasladó a la primera semana de Cuaresma.
