CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 7 julio 2004 (ZENIT.org).- Con el objetivo de potenciar el compromiso evangelizador de la Iglesia en el mundo del turismo, del 6 al 8 de julio se celebra en Bangkok (Tailandia) el Sexto Congreso sobre la Pastoral del Turismo.
Con el lema «El turismo al servicio del encuentro entre los pueblos», participan obispos promotores de la Pastoral del Turismo, directores nacionales, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, congregados en el Centro archidiocesano de formación pastoral de la archidiócesis tailandesa, informa el Vatican Information Service (VIS).
Al inaugurar el encuentro, el cardenal Stephen Fumio Hamao, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, aclaró que el congreso «tiene la clara intención de manifestar la preocupación particular de la Iglesia respecto a los países que son meta turística, sobre todo aquellos en desarrollo».
«Es indiscutible la aportación del turismo al desarrollo económico y social de los países», constató el purpurado japonés dirigiéndose a los 110 participantes procedentes de 35 países.
«Me atrevo a decir que es algo evidente reconocer que pueda contribuir, y que lo está haciendo ya, a una mejor comprensión entre los pueblos –añadió–. Sin lugar a dudas, también están claras las dificultades que se interponen en este camino, así como son evidentes los errores que se cometen».
«Por eso –propuso–, el turismo, que forma parte de toda realidad humana, tiene necesidad de la constante acción evangelizadora de la Iglesia; tiene necesidad de la gracia salvífica de Dios».
Por su parte el arzobispo Agostino Marchetto, secretario de ese dicasterio, presentó un informe sobre los hechos principales que han caracterizado el desarrollo de la pastoral del turismo en la Iglesia desde el último congreso, celebrado en Éfeso (Turquía) en 1998.
En particular subrayó los cinco mensajes escritos por Juan Pablo II desde el 2000 para la Jornada Mundial del Turismo, así como las «Orientaciones» publicadas en 2001 por el mismo pontificio consejo.
Después centró su reflexión en el «misterio eucarístico, fuente y culmen de toda acción pastoral». El prelado subrayó que el turismo era un factor de encuentro entre los pueblos y por tanto era necesario individuar las políticas pastorales adecuadas para favorecerlo.
Indicó la necesidad de incluir el estudio de la pastoral del turismo en los programas de los centros académicos, recalcando los dos argumentos que el congreso analiza en profundidad: el turismo social y la lucha contra la explotación sexual provocada por el turismo.
