HYDERABAD, lunes, 21 mayo 2007 (ZENIT.org).- Los obispos católicos de la India, junto a la comunidad cristiana del Estado meridional de Andhra Pradesh, han expresado su firme condena por el atentado que, dirigido contra una mezquita de Hyderabad, acabó el viernes con la vida de al menos seis personas.
La explosión se registró durante la oración en la histórica mezquita de Mecca Masjid. Se habían congregado unos ocho mil fieles.
Además de las víctimas mortales, una treintena de personas resultaron heridas, algunas gravísimamente.
Pronto el lugar se vio envuelto en el caos, la gente corría de un lado a otro presa del pánico; se registraron igualmente apedreamientos contra comercios cercanos o la propia policía, fruto de la irritación de algunos grupos de gente.
El mismo día del atentado, la Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) informó de la tragedia y expresó su más firme condena por el crimen.
«La violencia no es respuesta a ningún problema social; no se debería permitir que eche raíces el intento de algunos elementos confundidos de viciar el clima social», alertó el portavoz del episcopado católico del país, el padre Babu Joseph, según difundió la agencia ICNS de la CBCI.
En nombre de los seis millones de fieles de la comunidad cristiana de Andhra Pradesh, el arzobispo de Hyderabad, Marampudi Joji, expresó su más profunda condolencia a las familias de las víctimas y su solidaridad en la oración respecto a los heridos –difundió la CBCI-.
Condenando el ataque, subrayó la terrible circunstancia de haya gente que, para alcanzar sus objetivos, cometa violencia y agreda a gente inocente en un lugar de culto
El arzobispo Joji garantizó, en conversación con el secretario de la Comisión de Medios de Comunicación de la CBCI –el padre Henry D’Souza-, la «asistencia inmediata para ayudar a los afectados» por el atentado.
«En la ciudad de Hyderabad, la comunidad cristiana siempre ha tenido relaciones muy cordiales con la comunidad musulmana», confirmó el prelado, solicitando a todas las comunidades el mantenimiento de la paz y el orden.
En la zona, después de la explosión, se detectaron otras dos bombas, de cuya desactivación de encargó la policía.
La CBCI apunta que la mezquita atacada es la mayor de Asia. Se le calculan más de cuatro siglos de antigüedad.
