«La muerte es un referente fundamental de la vida, nunca un fracaso»

La Asociación Viktor Frankl ayuda a quien sufre por la enfermedad o la muerte

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MADRID, 13 marzo 2003 (ZENIT.org).- La experiencia de sufrimiento ante la enfermedad y la muerte, y la dificultad para superar muchas veces esas situaciones límite, llevó a un grupo de psicólogos y médicos a crear en el año 2001 la Asociación Viktor Emil Frankl.

Sebastián Tabernero Capella, secretario y coordinador general de las actividades de la Asociación dice que «ante las personas que sufren la muerte o la enfermedad grave de un ser querido había algunas actividades independientes, pero no una Asociación interdisciplinar de ayuda gratuita».

Según Tabernero «en nuestra sociedad la muerte es un tema tabú, no se piensa en ella, la mentalidad hedonista aparta estos temas, pero la vida se encarga de ponerlos delante, y entonces muchas veces nos descolocan».

Los profesionales de esta Asociación ayudan a quienes acuden a ella a «dar sentido al sufrimiento y a situaciones que aparentemente no lo tienen, se trata de que esas situaciones sirvan para la maduración personal».

Más de un centenar de personas han recibido ayuda de esta Asociación con sede en Valencia a través del «Proyecto Betania», un área asistencial en la que los profesionales trabajan ofreciendo orientación emocional, psicológica, médica, jurídica y ética o religiosa «a las personas que necesiten ser apoyadas ante la pérdida del sentido existencial, una enfermedad grave o incurable, la vivencia de un duelo o por la cercanía de la propia muerte».

Los temas más frecuentes que presta el Servicio de Orientación del «Proyecto Betania» van desde el «modo de dar una mala noticia» o las «diferencias entre muerte digna y eutanasia» hasta «cómo hablar con los niños sobre la muerte» o cómo ayudar a los huérfanos, a los viudos o a los padres que pierden un hijo.

Los miembros de la «Asociación Víktor E. Frankl», que participan del humanismo cristiano, «plantean la muerte como un referente fundamental de la vida que desarrolla al ser humano y nunca como un fracaso que deba evitarse de forma extraordinaria o activarse deliberadamente».

Bajo esta concepción del ser humano, la Asociación intenta ayudar a «vivir la experiencia de la enfermedad, del sufrimiento, de la muerte y del duelo, como oportunidades para el crecimiento personal».

Tabernero aclara que los profesionales de la Asociación «no hacen terapia, pero detectan si hace falta y se lo comunican a quien lo necesita», pero la asistencia de la Asociación se limita al acompañamiento y a la orientación, que consideran «muy importante».

En este sentido se están creando «Grupos de ayuda mutua», dirigidos por psicólogos, en los que personas con situaciones parecidas se apoyan mutuamente. Hay dos clases de grupos, uno para «el afrontamiento del dolor emocional ante la muerte de un ser querido», y otro, «ante la propia muerte anunciada». Ya hay constituido un grupo de autoayuda para enfermos de cáncer y otro para padres que han perdido a sus hijos en accidentes de tráfico.

Sebastián Tabernero habla de la «importancia de la escucha» para ayudar a personas que tienen experiencias directas del sufrimiento o de la muerte. En este sentido, la Asociación está organizando un «Punto de escucha y Encuentro» que será llevado por profesionales y que tiene presente un lema caro a la Asociación: «cuando tú me escuchas yo me entiendo». Se trata de no juzgar sino de aceptar y comprender a las personas que afrontan situaciones de «intenso sufrimiento emocional».

Además de los profesionales, de los voluntarios con formación, y de los universitarios en prácticas, la Asociación cuenta entre sus voluntarios a los llamados «experienciales», gente que ha pasado por situaciones de sufrimiento y que habiéndolas superado se ofrece para ayudar a los demás. La mujer de Felipe murió de cáncer de mama. Con 43 años y un hijo, este hombre (que conoció la Asociación Viktor Frankl a través de un psicólogo) ha decidido «ayudar a otra gente haciendo el trabajo que menos se ve, pues aquí hago labores de administrativo». Felipe reconoce que apoyar a su mujer durante la enfermedad «le produjo un desgaste muy grande».

Respecto al área formativa, la Asociación trabaja a través del «Aula Víktor E. Frankl», ofreciendo cursos dirigidos especialmente a personal sanitario y docente (sobre todo los que trabajan con enfermos terminales o afectados por enfermedades graves). El «Aula Víktor E. Frankl» ya ha programado para el segundo cuatrimestre de 2003 algunos cursos: «El miedo a la muerte en el paciente con cáncer», «La muerte en la escuela», «Relación de ayuda en la enfermedad, en el sufrimiento y en la muerte», «El hombre en busca de sentido. Una introducción a Víktor E. Frankl» e «Itinerarios vitales: del «sinsentido» a la serenidad».

Además de estos cursos, que se organizan temporalmente, se ha proyectado la creación de cuatro seminarios permanentes. El Seminario el «Víktor E. Frankl» desarrollará el «Análisis existencial» y la «Logoterapia»; el Seminario «María Montessori», que estudiará la «realidad educativa y su potencial para activar los recursos para el afrontamiento del sufrimiento y de la muerte en la infancia»; el Seminario «Camilo de Lelis» que estudiará «los determinantes en la relación de ayuda con el enfermo terminal y con el paciente moribundo, así como la relación con sus seres queridos»; y finalmente, el Seminario «Pedro Laín Entralgo», que estudiará y desarrollará «la problemática bio-psicoética y trabajará el análisis fenomenológico de la muerte y su estudio desde la antropología y la cultura».

Esta Asociación lleva su nombre en homenaje al médico psiquiatra vienes Víktor E. Frankl (1905-1997), que ejerció vocacionalmente su profesión en la vertiente psicoterapéutica, y desarrolló el «Análisis Existencial» cuyo aporte fundamental fue sobre «el sentido último» del sufrimiento. Después de pasar por varios campos de concentración nazis, fue liberado en 1945, finalizando lo que él mismo llamó su «experimentum crucis», y que supuso tener que aprender a ser hombre de nuevo, de una manera radical.

Los profesionales de la Asociación trabajan desde la concepción antropológica de Víktor E. Frankl, para el apoyo emocional ante la muerte, y utilizando las directrices metodológicas de la Logoterapia (búsqueda del sentido de la vida).

Más información: http://www.asociacionviktorfrankl.org.

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ZENIT Staff

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