“La solidaridad, un desafío para Europa”

Se celebran en Polonia las I Jornadas Sociales Católicas para el continente

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GDANSK, viernes, 9 octubre 2009 (ZENIT.org).- En la ciudad polaca de Gdansk, del 8 al 11 de octubre, están teniendo lugar las I Jornadas Sociales Católicas para Europa, por iniciativa de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), con el tema “La Solidaridad, un desafío para Europa”.

La COMECE ha convocado a estas jornadas a todos los países de la Unión Europea y algunos países del Este del continente.

En la sesión de apertura, el obispo de la diócesis, el presidente de la Cámara local y el director del Centro Europeo de Solidaridad desafiaron a todos los países a realizar pequeños gestos solidarios como metodología capaz de devolver la dignidad en la vida de todas las personas.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, dirigió un mensaje a los participantes en el que afirma que la crisis que se vive no es tanto económica o financiera sino ética. Para Durão Barroso, es la ausencia de valores la que provoca la fragilidad en las sociedades y lleva a la desaparición de la lucha por el bien común.

Monseñor Adrianus van Luyn, presidente de la COMECE, interviniendo en la sesión de apertura, afirmó que el debate en estos días, sobre la solidaridad, deriva también del hecho de que se trata de una virtud cristiana. “La solidaridad forma parte del Evangelio”, dijo. Para el presidente de la COMECE, son las actitudes contrarias a la solidaridad las que provocan crisis mundiales como la actual.

Para monseñor van Luyn, del ejercicio de la solidaridad dependen las futuras generaciones. Alertó por ello a los participantes sobre la necesidad de “trabajar en conjunto por las personas que vienen después de nosotros”.

La primera edición de las Jornadas Sociales Católicas para Europa debate sobre la solidaridad como desafío para el continente a partir de seis vectores: la Doctrina Social de la Iglesia, la persona humana, la familia, el modelo socioeconómico europeo, los fundamentos de la solidaridad, y el bien común mundial.

Seis temas presentados en su mayoría por académicos, a los que siguen intervenciones de los participantes y debates. En cada uno de los temas, la organización propuso también que se presenten buenas prácticas, ejemplos concretos de solidaridad en Europa.

De los trabajos de Gdansk saldrá un manifiesto donde se afirmarán los principios orientadores del ejercicio de la solidaridad en Europa.

La familia, clave

En su conferencia de este viernes, Anna Záborská, diputada del Parlamento Europeo afrontó el tema “La familia, la célula vital de la sociedad se funda sobre la solidaridad europea.

Afirmó que “la primera manera de probar la solidaridad con la familia concierne a cada esposo y esposa personalmente” y aludió a su experiencia personal con su marido Vladimir con el que lleva casada 40 años.

“Osar vivir bien el matrimonio con amor, alegría y confianza a pesar de todos los riesgos de la vida, y ser padres o abuelos felices, pero nunca inconscientes, puede servir de ejemplo a otras personas para comprometerse en el matrimonio y fundar una familia”, aseguró.

La segunda manera, dijo, “concierne al trabajo legislativo de las instituciones nacionales e internacionales en los campos relativos a la familia”.

El tercer aspecto para sostener a la familia, señaló, es de orden político: ¿Qué orientaciones políticas adoptan las instituciones nacionales e internacionales para sostener el desarrollo de la familia?

La conferenciante se centró en el segundo y tercer aspectos.

En este sentido mencionó las “numerosas resoluciones que el Parlamento Europeo vota para condenar sin equívocos a la familia natural en beneficio de otra formas de vida común”. Y citó una reciente resolución que condenó a Lituania porque “quería proteger a los menores de una sexualización creciente de la publicidad”.

Respecto a los aspectos legales, la conferenciante afirmó que le parece “que la familia representa ya más bien una apuesta por la supervicencia en lugar de una apuesta por la solidaridad”.

La diputada Anna Záborská indicó algunos problenmas europeos en la formulación de las orientaciones políticas en favor de la familia.

Se preguntó si las políticas europeas no conducen a una múltiple discriminación de las mujeres por la ausencia de una elección verdaderamente libre entre el trabajo y la maternidad.

Citó al Papa Benedicto XVI en el punto 44 de la encíclica Caritas in Veritate: “Las familias pequeñas, o muy pequeñas a veces, corren el riesgo de empobrecer las relaciones sociales y de no asegurar formas eficaces de solidaridad”.

Concluyó preguntando a los participantes “muy honestamente”: ¿Nosotros, los católicos comprometidos en la vida política, somos tan clarividentes como para promover la familia según el Evangelio pero en un lenguaje institucionalmente neutro y educado, según las necesidades del funcionamiento administrativo comunitario? Y les invitó a debatir sobre ello.

[Por Nieves San Martín]

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ZENIT Staff

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