Las mujeres consagradas, protagonistas de la labor misionera de la Iglesia

El dicasterio misionero rinde homenaje a las mujeres consagradas

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 2 febrero 2006 (ZENIT.org).- La contribución de la Vida Consagrada Femenina a evangelización es de tal calibre que el dicasterio misionero rinde homenaje –con ocasión de la X Jornada por la Vida Consagrada, que la Iglesia celebra este jueves– a todas las mujeres que dan rostro a esta realidad en todo el mundo.

Para ello, la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, a través de su órgano informativo «Fides», anticipó el 4 de enero un extenso informe con el que «quiere poner de relevancia la preciosa contribución ofrecida por la mujer consagrada, de mil maneras, en cada lugar de la tierra, para llevar el gozoso anuncio de la salvación, ante todo con el testimonio de una vida enteramente entregada a Dios y a los hermanos, y consecuentemente con su laboriosa caridad», a veces hasta el martirio.

«El “peso” de la contribución de la Vida Consagrada Femenina en la actividad evangelizadora y pastoral de la Iglesia es de tal densidad –prosigue la agencia misionera– que el Papa Juan Pablo II afirmó que “el futuro de la nueva evangelización (…) es impensable sin una renovada contribución de las mujeres, especialmente de las mujeres consagradas”» (Cf. «Vita
consecrata»
n.57. Ndr).

855.655 mujeres consagradas «al servicio de la Iglesia y de los hermanos, especialmente los más necesitados» en el mundo: es la cifra total que aporta el informe, cerrada a 31 de diciembre de 2003 en el Anuario Estadístico de la Iglesia.

Desglosada, las religiosas de vida activa, tanto de derecho pontificio como diocesano, ascendían a 776.269 (África 56.409, América 222.643, Asia 148.225, Europa 338.688, Oceanía 10.304); las que pertenecen a Institutos seculares femeninos alcanzaron un total mundial de 28.916 (África 474, América 5.763, Asia 1.440, Europa 21.194, Oceanía 45).

A las anteriores se suman las mujeres consagradas en la vida contemplativa, quienes con su vida de entrega, sacrificio y oración incesante, también ofrecen una contribución preciosa a la evangelización. Ellas constituyen –subraya «Fides»– una presencia muy significativa en las Iglesias particulares: los monasterios del mundo son 3.589, con cerca de 50.470 monjas (Europa 30.435, América 14.479, Asia 3.400, África 1.926, Oceanía 230).

«No podemos olvidar en este marco general la preciosa contribución de las Sociedades de Vida Apostólica femeninas –puntualiza–, cuyos miembros, sin votos religiosos, también “persiguen el fin apostólico propio de la Sociedad”». En el mundo estas mujeres son decenas de miles.

En cuanto a la evolución en las tres últimas décadas, el informe apunta dos características: la tendencia a la disminución de vocaciones en América, Europa y Oceanía y, en cambio, el incremento constante en África y Asia.

Igualmente destaca la presencia de la Vida Consagrada Femenina en 224 naciones — tanto en las grandes ciudades industrializadas como en los pueblos más perdidos de la tierra— de los cinco continentes: África 56, América 50, Europa 48, Asia 47, Oceanía 23.

Los efectos de la Vida Consagrada Femenina y el testimonio hasta la muerte

Subsecretaria en la Congregación vaticana para la Vida Consagrada, sor Enrica Rosanna (de las Hijas de María Auxiliadora –salesiana de Don Bosco– y socióloga, es la primera religiosa que ocupa un cargo de tal importancia en el Vaticano) reconoció –entre las entrevistas que aporta «Fides» en su informe— cómo las religiosas duplican la cifra total de sacerdotes religiosos y diocesanos.

Explicó la gran importancia de la difusión de las religiosas, también por su peso en la evangelización.

«Las religiosas no son sólo la levadura dentro de la masa (…), sino que son también lámpara (…), porque la gente ve y reconoce en ellas “personas siempre disponibles” a la acogida para resolver problemas, para dar consejos, para apoyar, para guiar, para formar», aclaró.

«Ellas ponen a disposición de la gente los diversos carismas que han recibido como don de Dios –subrayó sor Enrica Rosanna–: el carisma de la compasión, el carisma de la educación, el carisma de la evangelización, el carisma del servicio a los pobres».

Una recopilación de testimonios constata igualmente la contribución de las religiosas a la construcción de la Iglesia local. «La religiosa ha demostrado tener dones especiales para la evangelización y la catequesis. Con su ejemplo de donación y sacrificio apoya y espolea incluso al sacerdote», reconoce el arzobispo José Mario Ruiz Navas –de Portoviejo (Ecuador)–.

«Un tesoro en la Iglesia. No puede existir una misión evangelizadora de la Iglesia sin la presencia de las religiosas», advierte por su arte el padre Jan Piotrowski, director nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Polonia.

La misma función desempeña en Marruecos el padre André Joguet, quien explica: «Las religiosas son respetadas como las mujeres de la oración y del servicio; constituyen las fuerzas vivas y estables de las comunidades parroquiales».

Director nacional de las OMP en la India, monseñor Ignaci Siluvai reconoce que «las mujeres consagradas asumen con seriedad la tarea de proclamar la Buena Nueva de la salvación, allí donde jamás se ha oído el nombre de Cristo».

A los testimonios directos de religiosas –escritos por ejemplo desde Mozambique, Timor Oriental, Angola, Costa de Marfil, el Chad y Madagascar— le sigue, en la segunda parte del informe, la lista de las mujeres consagradas –religiosas o laicas— que han sido beatificadas y/o canonizadas en el pontificado de Juan Pablo II y desde que Benedicto XVI fue elegido Papa.

Hasta la fecha, bajo el pontificado de este último han sido beatificadas cinco mujeres. Durante el largo pontificado del Papa Wojtyla el número de canonizaciones de mujeres consagradas fue de 34, y la cifra de beatificaciones se elevó a 127.

Por su parte, según los datos de que dispone «Fides», 184 es la cifra que expresa el testimonio de muchas mujeres «que heroicamente hicieron de sus vidas don al servicio del Evangelio y de Jesucristo»: son las religiosas y laicas consagradas que fueron asesinadas entre 1994 y 2005 (1994 se cobró ya 100 vidas debido, principalmente, al genocidio en Ruanda).

No omite el informe el hecho de que «ha habido a lo largo de los siglos muchas mujeres consagradas que en su sencillez» «realizaron grandes obras: han sido en este mundo como luces para indicar el camino a seguir». Entre estas «mujeres consagradas célebres» recuerda a la beata Madre Teresa de Calcuta –fundadora de las Misioneras de la Caridad–.

De igual manera, cita varios ejemplos de «mujeres víctimas de regímenes totalitarios que supieron mantenerse fieles en medio de grandes sufrimientos», como es el caso de la carmelita Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) –martirizada por la furia nazi–, co-patrona de Europa.

Y entre las religiosas y mujeres consagradas que han contribuido eficazmente a la difusión del Reino de Dios cita un caso contemporáneo, el de la Madre Angélica, fundadora y abadesa del Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles (Clarisas de Adoración Perpetua).

A esta religiosa de clausura se debe la creación la mayor red de medios religiosos del mundo: EWTN Red Global Católica, un conglomerado de medios que incluye radio, televisión, Internet, radio de onda corta, editorial y servicios informativos de todo tipo. Su cobertura está disponible en más de 110 millones de hogares en 110 países.

El informe ofrece el perfil de algunos Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (fundación, carisma, apostolado, presencia en el mundo y forma de contacto) y se cierra con la lista completa de los anteriores según el Anuario Pontificio de 2005.

El documento íntegro está disponible (en italiano) en www.fides.org.

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ZENIT Staff

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