Los jóvenes redescubren el sacramento de la Reconciliación

Hablan los impulsores de una web sobre reconciliación y juventud

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ROMA, 8 mayo 2003 (ZENIT.org).- En los tres días centrales la Jornada Mundial de la Juventud en Roma de agosto del año 2000, se confesaron más de 600.000 jóvenes. De aquella extraordinaria experiencia nació una página web dedicada a promover entre la juventud este sacramento.

Zenit ha mantenido un coloquio con los responsables de esta iniciativa (http://www.giovaniericonciliazione.org), Giorgia, Manuela, Maria Rita, Pietro y don Luca Ferrari, sacerdote diocesano de Reggio Emilia-Gustalla, responsable del «Servicio de confesión» de la Jornada Mundial de la Juventud del Jubileo.

Su experiencia, como muestran en esta entrevista realizada en grupo, se puede ver cómo los jóvenes pueden ayudar a sus coetáneos a descubrir la Reconciliación.

–¿Cuál es el secreto para acercar el sacramento de la Reconciliación a los jóvenes?

–Don Luca: No creo que exista un secreto, a no ser la verdad del extraordinario secreto que el Señor dejó como don pascual a su Iglesia.

Los jóvenes, hoy por hoy, son muy sensibles a la calidad de las relaciones: lo que hace que algo sea bueno o malo no es el lugar en qué hemos estado, sino con quién nos hemos encontrado, y cómo hemos estado, cuáles son los muros que se han alzado o abatido.

Por ello, la experiencia de la Reconciliación, que es el gozo de reencontrar la plena comunión con nosotros mismos, con Dios y con los hermanos, responde a las exigencias más íntimas del corazón humano y del de los jóvenes en particular.

Nos ayuda, ciertamente, la seguridad de poder ser acogidos por aquello que somos, porque el que se siente rechazado, inevitablemente rechaza. La Reconciliación, si es auténtica, permite superar la tristeza, la soledad, el vacío del pecado, y redescubrir y dilatar el gozo de vivir realmente en la vida de Dios.

–¿Qué pasó en el Circo Massimo de Roma durante la Jornada Mundial de la Juventud del 2000?

–Manuela: En ocasión del año jubilar, se propuso, por primera vez dentro del calendario oficial de una JMJ, la celebración del sacramento de la Reconciliación.

En la amplia explanada del Circo Massimo, se plantaron 13 carpas blancas que albergaron 321 confesionarios, que en los tres días del acontecimiento estuvieron atendidos por dos mil sacerdotes, desde el alba hasta medianoche.

Pienso que todos los que pudieron participar, sea como penitentes o como confesores, difícilmente podrán olvidar la intensidad y la profundidad de aquella celebración, que fue descrita como un auténtico acto de gracia, un «nuevo Pentecostés».

–Es realmente excepcional encontrar colas de jóvenes para confesarse, y sin embargo esta imagen es la que mejor define aquél encuentro.

–Maria Rita: Efectivamente, la imagen de las interminables colas de jóvenes que esperaban para confesarse fue retransmitida inmediatamente por los medios de comunicación de todo el mundo, suscitando por doquier un vivo interés.

No obstante la espléndida disponibilidad de los sacerdotes que se dieron cita en el Circo Massimo, la afluencia fue extraordinaria: muchos sacerdotes tuvieron que poner a confesar incluso al otro lado de la calle, sentados en un peldaño en la calle, bajo el tórrido sol.

La afluencia era imparable: algunos medios hablaron de 600.000 mil confesiones en tres días.

Es como si se hubiera difundido un contagio benéfico entre los jóvenes peregrinos, que los empujaba a buscar, en el encuentro con la misericordia del Padre, una plenitud de comunión que diera sentido a su peregrinación.

–De aquella experiencia nació http://www.giovaniericonciliazione.org. ¿Cómo surgió la idea?

–Giorgia, responsable de la web: El sitio Internet http://www.giovaniericonciliazione.org se preparó en aquella ocasión y lo seguimos gestionando los jóvenes voluntarios del «Servicio de confesiones» que se había creado con ese motivo.

Durante las celebraciones jubilares tuvimos el encargo de invitar, acoger y acompañar a los coetáneos de todo el mundo a recibir el sacramento del perdón, compartiendo con ellos el gozo de la acción de gracias por la reconciliación.

A partir de aquel acontecimiento, que tocó profundamente nuestra experiencia de jóvenes creyentes, sentimos que no podíamos dejar caer el don recibido; al contrario, sentimos que queríamos integrarlo en la pastoral ordinaria de nuestras comunidades eclesiales.

El motor de la iniciativa está pues en el fuerte deseo de sensibilizar a nuestros coetáneos sobre este sacramento, testimoniando la posibilidad de vivirlo como experiencia de gozo auténtica, a nivel personal y comunitario.

Creo que el sacramento de la Reconciliación, si se presenta en su plena luz, responde al deseo profundo de muchos jóvenes como nosotros, que más allá de las máscaras que a veces nos ponemos, buscamos la autenticidad en nuestras relaciones y en nuestra vida de fe, y no nos contentamos con propuestas mediocres o con atajos fáciles.

–De todos modos, todavía hay muchos jóvenes que rechazan la confesión. ¿Hay manera de convencerlos sobre la validez del sacramento?

–Don Luca: Los jóvenes tiene sed de Dios, igual que los adultos.

Sin embargo, en ellos no existe el rechazo a reconocer los propios errores, que en muchas ocasiones lleva a los adultos a negar a ultranza las evidencias más claras.

Más que nada, la necesidad de hacerse conocer es tan grande que cada ocasión es buena para abrirse: con los amigos de verdad, en las revistas, ante las cámaras…

Creo por ello que los jóvenes pueden encontrar un punto de apoyo y de aliento –incluso en sus dificultades para recibir el sacramento–, en el momento en qué encuentran otros jóvenes como ellos, capaces de predisponer sus conciencias y de interrogarse, a la luz de la Palabra de Dios, y a desear el perdón que renueva.

–Este acompañamiento entre jóvenes fue el tema del congreso juvenil que organizasteis en marzo pasado en Loreto. ¿Cuál ha sido la conclusión?

–Pietro: Precisamente en estos días hemos recibido mensajes de párrocos de algunos muchachos que durante la Semana Santa se encargaron de promover, en sus comunidades, este modo de acercarse al sacramento.

Su experiencia testimonia la eficacia pastoral de la propuesta, y para nosotros es el mejor fruto que podríamos esperar del congreso que celebramos en colaboración con el centro juvenil Juan Pablo II de Loreto.

El encuentro fue un fin de semana temático de formación, dirigido a jóvenes que trabajan en la pastoral juvenil. Lo dedicamos al sacramento de la Reconciliación: mediante mesas redondas, debates, laboratorios y una celebración penitencial nocturna, ofrecimos una ocasión para reflexionar sobre el cuarto sacramento, subrayando la experiencia del acompañamiento entre jóvenes en las diferentes fases de la celebración.

Con ello quisimos mostrar de manera tangible la participación y el gozo de la Iglesia por cada hijo que vuelve al Padre.

–Los jóvenes evangelizan a los jóvenes. ¿Llegará el momento en qué también recordarán a los sacerdotes pesimistas el gozo de la Reconciliación?

-Don Luca: A veces me he preguntado: el futuro del sacramento de la Reconciliación, ¿dónde está? Pienso que está donde se experimenta en la fe la fuerza del sacramento.

Por mi parte, soy testigo de cómo no faltan, sobretodo entre los jóvenes, signos de una nueva humanidad, liberada, capaz de mostrar cómo la fuerza de la misericordia de Dios puede informar y t
ransformar nuestra historia.

Es un gran motivo de esperanza, para toda la Iglesia y para nosotros sacerdotes en primer lugar.

Porque el gozo no está solo en quien recibe el perdón, sino también en ese gozo inefable de quien lo administra en nombre de Dios.

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ZENIT Staff

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