Para Berlín Pío XII era un subversivo

Un radiotelegrafista fue condenado por difundir su mensaje de Navidad

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PARIS, 14 mayo 2002 (ZENIT.org).- El pastor François de Beaulieu ha revelado al semanal francés «Réforme» su aventura, cuando era radiotelegrafista en
1942, y difundió clandestinamente el famoso radiomensaje de Pío XII en Navidad contra el nazismo.

La noticia coincide con la proyección en los cines franceses de la polémica película de Constantin Costa-Gavras «Amen» sobre los presuntos silencios de Pío XII ante el nazismo.

François de Beaulieu, a pesar de su apellido francés es alemán, descendiente de una familia hugonota de Reims emigrada a Alemania en siglo XVII. Hoy es pastor protestante en Morbihan, Francia, pero en 1942 era sargento radiotelegrafista en el cuartel general de la Wehrmacht en Zossen, cerca de Berlín.

Beulieu fue sorprendido a la salida del cuartel con un documento «to psecret» en el bolsillo que habría debido destruir, en lugar de conservar y difundir. El documento era la traducción al alemán del radiomensaje de Pío XII para la Navidad de 1942. El sargento fue arrestado y enviado a juicio.

Beaulieu escribe que antes logró copiar el mensaje y difundirlo a Berlín, suscitando entre sus amigos una gran conmoción. En el mensaje Pío XII hablaba de exterminio de inocentes en razón de su nacionalidad o su raza.

El 16 de abril Beaulieu compareció ante el tribunal militar que, gracias a los testimonios de sus superiores inmediatos, le ahorró la pena de muerte pero lo condenó a prisión por difundir un «documento subversivo y desmoralizador», con el agravante de ser un sujeto que varias veces había mantenido una postura crítica hacia la guerra y de estar «atraído espiritualmente por ambientes judíos o de simpatía hacia los judíos».

Beaulieu explica que desea hacer públicos estos hechos para explicar que Pío XII no mantuvo silencios absolutos porque en su mensaje de Navidad habla claro, aunque tal mensaje llegó a Berlín sólo en pocas copias clandestinas.

«El Papa no podía hacer mucho más –escribe el anciano pastor protestante–. Habría debido quemarse ante el Vaticano para despertar las conciencias del mundo entero. Muchos gobernantes sabían que en los tiempos de Hitler existían campos de exterminio… ¿De qué hubiera servido si el Papa se hubiera quemado ante el Vaticano? Hacía falta que todos los sacerdotes y todos los pastores protestantes en Alemania se sublevaran. ¿Por qué pensar que el Papa solo habría tenido el poder de detener a Hitler cuando sacerdotes y pastores, obispos y arzobispos, en práctica todo los cristianos, no lo hicieron?».

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ZENIT Staff

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