Perú: Los peregrinos se reconocen como hijos de María

Señaló el arzobispo de Arequipa durante Fiesta de la Virgen de Chapi

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AREQUIPA, miércoles 2 mayo 2012 (ZENIT.org).- El arzobispo de Arequipa, Perú, monseñor Javier del Río, presidió las celebraciones en honor de la Virgen de Chapi.

“Con seguridad, todos aquí nos sentimos hijos de María, sin embargo es necesario reflexionar sobre esta especial condición”, señaló el arzobispo de Arequipa invitando a a los miles de fieles que colmaron la gran explanada del Santuario de Chapi, este 1 de mayo durante la celebración de la Eucaristía de Fiesta en honor de la Virgen de Chapi, que presidió el prelado y concelebraron el rector del santuario padre Zacarías Kumaramangalán, el vicario general, presbítero Pedro Bustamante López, junto a los sacerdotes que desde el pasado 28 de abril y hasta hoy atendieron pastoralmente a los casi doscientos mil peregrinos que participaron en esta fiesta mariana que une a los arequipeños en el Perú y el mundo en diversas celebraciones, informa en una nota enviada a ZENIT el Arzobispado de Arequipa.

Durante la homilía del acto litúrgico que se inició a las 11:00 horas, monseñor Javier del Río exhortó a los fieles de todas las edades que visitaron a la Madre de Dios, a ejercitar las virtudes de la Madre de Dios, especialmente el servicio, la disponibilidad y escucha de la Palabra para cumplir la voluntad de Dios que les permitirá ser felices. Por ello reconocerse como hijos de esta Madre Buena, dijo, es tener sus mismas actitudes en la vida cotidiana: en el hogar, en el trabajo. ¿Es una relación de servicio, de disponibilidad, de apertura a la vida”, señaló invitando alos peregrinos a examinar su quehacer en relación a esta filiación.

En ese sentido manifestó que los peregrinos sortean muchas dificultades durante el recorrido de los 60 kilómetros que los separan de la ciudad de Arequipa, para llegar al santuario y agradecer a la Virgen su amor y maternal solicitud por cada uno; por ello es necesario repensar en esta relación filial con la Madre de Dios, a quien los arequipeños reconocen como su “Mamita”.

A pesar de los muchos favores que con seguridad solicitan los peregrinos a la Virgen, monseñor Del Río, les invitó a formular una principal petición: “Mamita de Chapi, haznos santos para ser felices, ayúdanos a llegar a la santidad, porque las propias fuerzas no son suficientes, en cambio tu intercesión y maternal cuidado nos alientan en el camino”.

Al respecto recordó con especial afecto y gratitud al beato Juan Pablo II, quien hace un año precisamente, en esta fecha fuera elevado a los altares, quedando igualmente inscrito en el elenco de los amigos de Dios y modelo de los seguidores de Jesús, cuyo celo pastoral lo llevó a visitar nuestra ciudad en el año 1985 para beatificar a sor Ana de los Ángeles Monteagudo y coronar a la Virgen de Chapi.

Cabe señalar que esta es una devoción que para algunos halla sus orígenes en los siglos XVII y XVIII, habiendo trascendido en el tiempo, hasta convertirse en una, sino la más importante en el sur del Perú.

Refiriéndose al don de la maternidad, del cual es paradigma la Virgen María, el arzobispo de Arequipa se refirió a la donación, como el gran secreto de las madres de familia y en especial de la Virgen María. Sólo contemplando su vida y la de nuestras madres hoy, podemos comprender dijo, lo que es la donación total a los seres que aman, siempre quedando en el último lugar, buscando su bienestar.

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ZENIT Staff

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