ROMA, 11 marzo 2003 (ZENIT.org).- Un ataque unilateral estadounidense a Irak sería una «guerra de agresión», afirma un representante de la Santa Sede.
El presidente de la Comisión Justicia y Paz del Vaticano, monseñor Renato Martino, aclaró este martes que contrariamente a lo que ocurrió en 1991 con la invasión a Kuwait, en esta ocasión «no existe una agresión y así esta guerra preventiva es en sí misma una guerra de agresión».
«El 11 de setiembre hirió terriblemente a todos los norteamericanos pero no se puede justificar el mal con el mal», afirmó el arzobispo en declaraciones concedidas al semanario italiano «Rinascita».
El prelado, que fue durante 16 años observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas considera que es necesario combatir el terrorismo afrontando «las causas que lo producen».
Monseñor Martino reconoce al mismo tiempo que los pasos que ha dado Irak hacia el desarme se deben en buena parte al despliegue de fuerzas militares estadounidenses en la región.
El presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz aclara que la actividad de la Santa Sede para evitar la guerra se despliega en tres niveles.
«El primero –explica– es el de la enseñanza y de recuerdo de los principios, qué es la paz».
En segundo lugar, añade, «está la acción diplomática, la vemos a través de las audiencias que el Papa dio a siete personas importantes que pidieron encontrarlo».
En este contexto se enmarcan las audiencias del obispo de Roma a los representantes de la comunidad internacional, así como el envío del cardenal Roger Etchegaray a Bagdad y del cardenal Pío Laghi a Washington.
El tercer nivel, concluyó monseñor Martino, es «la oración y el ayuno» a los que define como «la diplomacia espiritual».
