Secretariado episcopal acusa al gobierno argentino de manipular información sobre el aborto

BUENOS AIRES, viernes, 3 junio 2005 (ZENIT.orgAICA).-El Secretariado Nacional para la Familia asegura que el Gobierno nacional está manipulando la información para despenalizar el crimen del aborto en el país, y advierte que las entidades que apoyan la campaña de recolección de firmas no son «simples organizaciones sociales representativas de la comunidad, sino activistas movilizadas para manipular la opinión pública y volcarla a favor de los caprichos ministeriales, aunque estos se encuentren fuera de la ley».

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Tras insistir en que se está haciendo «un desleal y malintencionado manejo de situación desde instancias gubernamentales», la entidad dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina señala que el lanzamiento simultáneo en todo el país de la campaña para despenalizar esta práctica «se intentó hacer una demostración de poder y capacidad de movilización digna de una causa justa».

«Todo parecía dirigido a apabullar a quienes se oponen al aborto y, sin pretender exagerar, confrontar a la Iglesia con su propia feligresía, empleando una asociación que se disfraza de católica para confundir, como la autoproclamada ‘Católicas por el derecho a decidir’. Sospechosamente, esta organización aparece como portavoz de las otras 70 organizaciones que participaron de la campaña», puntualiza.

El Secretariado indica además que la organización «Católicas por el derecho a decidir» tiene «estrechas vinculaciones económicas e ideológicas con organismos internacionales, como el Fondo de Población de la ONU, dedicados al control de nacimientos y sospechados de patrocinar campañas de esterilización masivas sin consentimiento de las mujeres».

«Estas mismas organizaciones –alerta– están respaldadas por capitales relacionados con el llamado ‘imperialismo antidemográfico’, como la Fundación Ford, para quienes la pobreza sólo se soluciona ‘castrando’ a los pobres en lugar de dignificar sus vidas.

Asimismo, sostiene que «no caben dudas de que las vinculaciones señaladas les dan a las ‘organizaciones de la sociedad civil’ de la campaña por la despenalización del aborto, un perfil que no es exactamente el de una simple organización de bien público; en todo caso las muestran como el ‘brazo social’ de una prolija estrategia que hace de la sexualidad femenina una bandera liberacionista, a las que sólo les interesa cómo hacer para que no tenga hijos. Gráfico ejemplo del lobo disfrazado de oveja».

«Estas implicancias no son desconocidas para la Iglesia, de allí su permanente acción por esclarecer y poner en claro que hay detrás de los intentos por despenalizar o legalizar el aborto».

Ante la insistente pregunta sobre qué hace la Iglesia por las madres que viven «embarazos no deseados», el Secretariado recuerda que «da respuestas acordes con la dignidad de las personas directamente implicadas en el tema: la madre y su hijo».

Cita como ejemplo la tarea que desde hace doce años instrumenta el programa «Grávida», dedicado a la protección de la madre embarazada en riesgo de abortar. En estos centros, se les da albergue y desde esta situación de protección y acompañamiento integral, se busca alentarla para que lleve a cabo su embarazo y dé vida al niño que lleva en su vientre. Durante ese lapso, se la trata de integrar a la vida activa de la sociedad de manera que pueda asumir responsablemente la llegada de su hijo.

«Una mamá reconocida y valorizada, cuando experimenta el amor, valora la vida de su hijo. Ese ‘hijo no deseado’, puede pasar a ser acogido, puede contribuir a cortar modelos generacionales de desamor. Pero necesita de una sociedad que se comprometa con el bien común y adhiera incondicionalmente al valor de la vida, de cada vida humana», dice una de sus responsables.

Considera que «el desafío es construir, no destruir, más aún cuando de vidas humanas se trata y, por sobre todo, valorar la maternidad como un bien para toda la sociedad. El buen gobierno es el que trabaja por el bien de todos sus ciudadanos, los nacidos y los por nacer. También tiene la responsabilidad de repeler a las corporaciones que no conjugan con este principio».

El Secretariado estima que «el gobierno ha logrado formar un esquema favorable para despenalizar el aborto, ya que posee medios de comunicación social para transformar y digitar la opinión pública; manipula el Poder Legislativo -suficiente cantidad de legisladores favorables al aborto, en todas las instancias legislativas-; cuenta con un Poder Judicial con varios integrantes favorables al aborto; tiene estructuras gubernamentales estratégicas para incidir en la opinión pública –con el ministerio de Salud, doctor Ginés González García, a la cabeza; y moviliza a la opinión pública por medio del feminismo, tal como está haciendo actualmente».

También reitera que «quienes quieren imponernos el aborto son una minoría ínfima si se considera el total de la población», pero admite que la estrategia es «consultar a los que piensan favorablemente al aborto, se presenta esta opinión como si fuera de la mayoría y con esto pretenden amedrentar a los que pensamos distinto».

«Pero somos la mayoría ‘silenciada’ a la que se mezquina el acceso a la participación por pensar distinto, pero no seremos la mayoría ‘silenciosa’. A eso nos quieren reducir», concluye.

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ZENIT Staff

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