Una película tergiversa la vida de una niña en causa de beatificación

Carta de un hermano de Alexia González-Barros, protagonista del filme «Camino», al director

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MADRID, miércoles 1 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Un hermano de Alexia González-Barros y González, una niña de 14 años cuya causa de beatificación está en curso, ha escrito una carta en la que denuncia que el director Javier Fesser ha tergiversado la vida de Alexia en la película «Camino».

El filme fue estrenado el 25 de septiembre en el Festival de cine de San Sebastián, en el que no obtuvo ningún premio.

Fesser, ha presentado esta película como un supuesto homenaje a Alexia, fallecida en 1985 a causa de un cáncer, en la que trata de mostrar el proceso de beatificación como un fraude.

Alfredo González-Barros y González, hermano de Alexia, ha escrito a Fesser para declarar que, a pesar de la disponibilidad de la familia, no entró en contacto con ésta, y para denunciar una grave tergiversación en la manera en que murió la niña.

El autor de la carta denuncia que en la rueda de prensa celebrada en San Sebastián, en una respuesta a un periodista, Fesser reconoció que la película recoge la vida de su hermana y al mismo tiempo aseguró que el momento de su muerte fue acogido por un aplauso de parte de los familiares y amigos, como muestra en la cinta.

«Me ha dolido en el alma por lo injusto y terrible de tal aseveración», reconoce Alfredo González-Barros.

«No debería hacer falta que te diga que mi hermana Alexia no murió rodeada de aplausos. Murió rodeada de cariño. Cariño de sus seres queridos: padres y hermanos y con el silencio respetuoso de las enfermeras, doctores y enfermos que motu propio se acercaron a la habitación de Alexia», explica la misiva.

«Murió mientras intentábamos tragar nuestras lágrimas, porque –no lo olvides– para nosotros era un verdadero drama el pensar en tener que soportar su pérdida», añade el hermano.

«Ya ves qué actitud tan poco original –sigue diciendo al director de cine–. Una gran pena por la pérdida de un ser muy querido. Y es verdad que el gran pesar de su pérdida solo se dulcificaba por el convencimiento íntimo de que Alexia había dejado de sufrir y estaba en el cielo».

«Reconozco que esa es la ventaja de ser creyentes –añade–. Y gracias a serlo, mis hermanos y yo podemos convivir y dialogar con personas que piensan de otro modo: nos educaron así».

Alfredo González-Barros ruega a Fesser que rectifique públicamente su aserto, –«que quiero creer fruto de un grave error inocente por tu parte– de que los padres y hermanos de Alexia se despidieron de su hija y hermana con un aplauso. Es demencial llegar a pensarlo e inaudito que aceptáramos de nadie tal actitud hacia Alexia».

Alexia, nacida en Madrid el 7 de marzo de 1971, en el seno de una familia del Opus Dei, falleció a causa del cáncer en Pamplona el 5 de diciembre de 1985. Su causa de beatificación fue impulsada un año después por el sacerdote claretiano Hilario Apodaca. A mediados de 1989 se constituyó la «Asociación Causa de Beatificación Alexia».

Más información en http://www.alexiagb.org

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ZENIT Staff

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